traía allí. El joven temía constantemente ser descubier
to, y en su angustia recurrió al engaño. Dijo al sacerdote
que el rey le había enviado en una misión secreta, que
requería la mayor rapidez. Con esto demostró David falta
de fe en Dios, y su pecado causó la muerte del sumo sa
cerdote. Si le hubiera manifestado claramente los hechos
tales como eran, Ahimelec habría sabido qué conducta
seguir para proteger su vida. Dios requiere que la verdad
distinga siempre a los suyos, aun en los mayores peligros»
(Elena G. de White,
Patriarcas y profetas
, cap. 64, p. 644).
Y no solo murió Ahimelec, sino toda su familia junto a
84 sacerdotes más.
4.
Una muerte tranquila
. La muerte de Samuel se mencio
na brevemente en 1 Samuel 25: 1. El capítulo no detalla
qué clase de ceremonia se llevó a cabo. Solo dice que
«todos los israelitas se reunieron para llorar su muerte».
Después lo sepultaron en su casa en Ramá. Es probable
que la muerte de Samuel le haya dado a Saúl la oportu
nidad de reflexionar. Este era el hombre que lo había
consagrado como rey, que le había señalado sus fallos y
que le había aconsejado que obedeciera a Dios. También
era el hombre que le había dicho que Dios había decidi
do quitarle el reino por su desobediencia. El reino estaba
perdido, pero Saúl no necesariamente tenía que perder la
vida eterna. Solo podemos conjeturar qué puede haber
pasado por la mente de Saúl en el momento de liderar el
servicio fúnebre de Samuel.
III. CONCLUSIÓN
Actividad
Concluya con la siguiente actividad y resuma el tema con
sus propias palabras.
Entreguemos a cada alumno una tarjeta de tamaño ficha y
un lápiz. Acto seguido digámosles que la persecución de Saúl a
David es muy similar a la persecución que Satanás provoca en
contra nuestra. Satanás está buscando constantemente la ma
nera de hacernos daño físico y espiritual. Pidamos a los alum
nos que hagan dos listas. La primera será una lista de las estra
tegias que Satanás utiliza para destruirnos. La segunda será una
lista de las herramientas y armas que Dios nos ha dado para
evitar la destrucción inminente. Después de que los alumnos
hayan terminado, pidamos que compartan algunas de sus res
puestas. Pidamos a un voluntario que ore y que dé gracias a
Dios por la protección que nos ofrece cada día.
Resumen
Comparta los siguientes pensamientos con sus propias palabras:
Para un espectador corriente, las historias de la Palabra de
Dios pueden parecer como simples cuentos. Aunque acaso
esta idea esté muy arraigada, una vez que comenzamos a ana
lizar con detenimiento las historias de la Biblia (en este caso
específico, las historias del Antiguo Testamento), no pode
mos dejar de reconocer los principios universales que contie
nen. Hace unos años, en la ciudad de Filadelfia, Estados Uni
dos, al igual que ha sucedido en otras partes del mundo, un
grupo de adolescentes mató a uno de sus compañeros a causa
de la envidia. Este crimen no fue sino uno más de los muchos
similares que se han perpetrado a lo largo de los siglos.
La falta de voluntad que mostró Saúl a la hora de obede
cer las ordenanzas de Dios lo llevaron inevitablemente a la
pérdida del trono de Israel, y a oprimir al pueblo. El orgullo y
la arrogancia descontrolados lo hicieron perseguir a un joven
que lo único que le había dado a su reinado eran distinciones
y éxitos.
A pesar del comportamiento de Saúl, que dio un verda
dero ejemplo de pésimo liderazgo, David continuó sirviéndo
lo, e incluso rechazó dos veces matarlo cuando se le presentó
la oportunidad. Por su actitud fue echado de su hogar y per
seguido hasta territorio de los enemigos de Israel, donde tuvo
que pasar noches a la intemperie. Hubo momentos en que su
fe en Dios flaqueó, pero David siempre presentó sus flaquezas
ante Dios. Fue esta práctica la que hizo la diferencia entre él
y Saúl.
R
ecuerde a sus alumnos el plan de lecturas de la serie «El Conflicto de
los Siglos». La lectura que corresponde a esta semana se encuentra en
Patriar-
cas y profetas,
capítulos 64 y 65.
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jóvenes