Nuevo Horizonte
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abril-junio
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27 de abril de 2019
Los miembros ausentes
MEJORAMIENTO
T
oda escuela que ha entendido su fun-
ción se interesa por acercarse a los
alumnos que se educan en ella y desarrolla
los medios necesarios para mantener un
registro de asistencia y la frecuencia con la
que ellos realizan sus trabajos. Todo esto,
con el propósito de preparar estudiantes
que puedan ser autónomos en la vida y
contribuyan al desarrollo de la sociedad. La
Escuela Sabática ha sido dotada de medios
para estar al corriente de lo que sucede en
su medio. Gracias a nuestros registros, sa-
bemos cuántos miembros asisten a la igle-
sia y cuántos de ellos participan, así como
aquellos que, por una u otra razón, están
ausentes o tienen dificultades espirituales.
Se realiza un conteo mensual y semanal.
Dios, que es el organizador general de
la Escuela Sabática, está interesado en cada
persona. Así lo expresó Jesús en las parábo-
las de la moneda y de la oveja perdida (ver
Luc. 15: 4-10). Hay un registro de personas
que se revisa de forma habitual. Cuando
alguien falta, los miembros deben realizar
un esfuerzo concertado en buscar, en-
contrar y atender al miembro que faltó. El
éxito de esta labor se corona con la alegría
de los que han sido hallados. Dios quiere
salvar a todo el que acude a él y a los que
él mismo agrega a su iglesia (ver Hech. 2:
47). Hebreos 10: 38-39, afirma claramente
que los que se alejan de Dios transitan el
camino hacia la perdición. Por eso, los
miembros que se apartan deben interesar-
nos de manera especial como iglesia y como
Escuela Sabática organizada. Es nuestro de-
ber estar pendientes del progreso de los feli-
greses respecto a su crecimiento en Cristo.
Si el amor de Jesús nos motiva, mostra-
remos interés en aquellos hermanos que
han dejado de asistir a la Escuela Sabática.
Debemos procurar saber qué les sucede,
sin dejar de respetar su privacidad. Jesús
siempre nos da la bienvenida, pero también
respeta si alguien desea irse. La historia de
Judas confirma que el Salvador respeta la
libertad. Él hizo todo lo posible para con-
vencer a Judas de que renunciara a su pe-
cado en vez de renunciar a su lugar en la
iglesia y en el cielo. Jesús lavo los pies
de Judas en la Última Cena. A pesar de que
Judas bebió del jugo de la vid (un símbolo
de la sangre del Nuevo Pacto) no integró el
Nuevo Pacto en su corazón. Esa misma
noche abandonó el grupo para concretar su
plan de entregar a Jesús.
Actualmente, cuando nuestra Escuela
Sabática hace hincapié en el discipulado a
través de la estrategia «Señor, transfórma-
me», nos encontramos haciendo un esfuer-
zo conjunto para recuperar a quienes se
han retirado de la iglesia. Si no contamos
con la información de contacto (dirección y
número de teléfono) de aquellos que están
ausentes, pidámosle a uno de los directores
de Escuela Sabática que nos ayude a poner-
nos en contacto con ellos. Que Dios nos
ayude a tener éxito reuniendo sus ovejas
para que no falte ninguna.
Pierre Dufait,
Director de Ministerios Personales
y Escuela Sabática, Unión
de las Antillas y Guayana Francesa