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ecuerde a sus alumnos el plan de lecturas de la serie «El Conflicto de
los Siglos». La lectura que corresponde a esta semana se encuentra en
Patriar-
cas y profetas,
capítulos 55 y 58.
18
jóvenes
traducciones la identifican como una porción especial,
mientras que otras sugieren que se trataba de una porción
doble o de una sola porción. Muchos de los comentaristas
se inclinan por que era una sola porción, ya que eso esta
blecería un contraste más lógico con el contexto». —
Bible
Background Commentary.
• El cántico de Ana (1 Samuel 2: 1-10). «Las acciones
de Dios solían ser consideradas causa de infortunio para
el mundo. Ese infortunio podía estar relacionado con el
mundo creado (las montañas reducidas a polvo, los valles
alzados, el oscurecimiento del sol), el ámbito social (un
pobre que recibía honores o, como aquí, que un poderoso
quedara desposeído), o el ámbito político (los imperios
que se tambalean). Este asunto del «mundo al revés» era
una manera de expresar el control soberano de Dios. Podía
ser usado para comunicar juicio o recompensa, y se asocia
ba al futuro reino de Dios, en el que las injusticias dejarían
de existir y comenzaría a regir un nuevo orden» —
Bible
Background Commentary.
—
The IVP Bible Background Commentary
© 2000 por
John H. Walton, Victor H. Matthews, y Mark W. Chavalas.
Database © 2006 WORDsearch Corp.
III. CONCLUSIÓN
Actividad
Concluya con la siguiente actividad y resuma el tema con sus pro-
pias palabras.
Dividamos a los alumnos en grupos pequeños de tres o
cuatro integrantes. Pidamos a cada grupo que haga una lista
de tres maneras inesperadas en las que Dios puede contestar
nuestras oraciones. Compartamos las listas con el resto de
la clase e invitemos a los alumnos a que expresen si están
de acuerdo o no con lo que escribieron los otros grupos.
Preguntemos si hay alguien que se anima a compartir al
guna respuesta inesperada que haya recibido a una oración
personal o de su familia.
Resumen
Comparta los siguientes pensamientos con sus propias palabras:
Ana no tenía hijos, mientras que Penina, la otra esposa de
Elcana, tenía muchos. Entonces, Ana oró a Dios pidiéndole que
le diera un hijo. Ella le prometió a Dios que si le concedía lo que le
pedía, dedicaría al niño para que viviera el resto de sus días para
Dios. Así que oró día y noche sin cesar, absteniéndose inclusive
de comer y de beber por un tiempo. En el templo, el sacerdote
Elí pensó queAna estaba ebria, pero ella lo negó y le explicó que
lo que pasaba era que se sentía sumamente triste. Le habló en
tonces de su deseo de tener un hijo, y le contó de la promesa que
le había hecho a Dios. Elí entonces la bendijo y ella se marchó.
Dios finalmente le concedió un hijo, y Ana se mostró muy agra
decida. Cuando el niño fue lo suficientemente mayor, lo envió
al templo a vivir con Elí para que sirviera a Dios. El Señor le dio
a Ana lo que deseaba, y ella no se olvidó de cumplir el voto que
había hecho.