Uruguay
18 de mayo
U
n
libro
para
la
abuela
Danielle, de diez años, corrió hacia su abuela con
una mirada rabiosa mientras visitaban un
supermercado de Montevideo, la capital de Uruguay
[señale la ciudad de Montevideo en un mapa].
—Mira, abuela —dijo la niña sosteniendo un
pequeño libro en su mano—. La gente está tirando
estos libros a la basura. ¿Por qué, abuela? ¡Los libros
son para leerlos!
La abuela trató de no reír. A pesar de su corta edad,
Danielle se mostraba muy apasionada en su convicción
de que los libros debían leerse y no arrojarse a la basura.
—¿De dónde sacaste el libro, querida? —preguntó la abuela.
La niña le explicó que un hombre estaba regalando libros a los clientes del supermercado
y le había dado uno a ella.
Danielle le ofreció el libro a su abuela y ella lo miró con interés. El libro se titulaba
La gran esperanza
y era de la autora Elena G. de White. Era un libro pequeño, así que la
abuela lo leyó con interés cuando llegó a casa, y le gustó mucho.
UNA NUEVA INFLUENCIA EN LA CASA
Esa misma semana, un amigo le dijo a la abuela que había comenzado a escuchar
una estación de radio donde sonaba una música maravillosa.
—Elli, encontré una estación de radio con una música que sé que te va a gustar —le
dijo su amigo.
Se trataba de Radio Nuevo Tiempo, la emisora de la Iglesia Adventista.
A la abuela le gustó mucho la música que escuchó y quiso saber más sobre aquella
emisora, así que llamó a la radio.
—¿Quiénes son ustedes? —preguntó Elli—. ¿Por qué ponen este tipo de música?
La persona que contestó el teléfono le respondió que la emisora era propiedad de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día.
—¿Qué significa Adventista del Séptimo Día? —preguntó la abuela—. Explíqueme.
La emisora de radio envió a un pastor a la casa de la abuela para ofrecerle estudios
bíblicos. Elli se interesó mucho en estudiar la Biblia, pero le costaba un poco caminar,
pues había sido operada de ambas rodillas.
—No hay problema —dijo el pastor—. Hay un hermano que vive cerca y que
podría ir a visitarla para darle los estudios bíblicos.
El pastor envió a un miembro de la iglesia llamado Néstor Rivero, que le dio
estudios bíblicos a la abuela.
Al poco tiempo, la abuela invitó a Danielle a unirse a los estudios bíblicos, pero su
nieta se negó porque no estaba interesada en estudiar la Biblia. Sin embargo, como la
Biblia hacía feliz a su abuela, decidió visitarla un día en que el hermano Néstor estaba
en su casa.
MISIÓN NIÑOS
DIVISIÓN SUDAMERICANA
17
Elli Scheper, 80