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Sabemos que tenemos la ciudadanía del reino de

gracia de Dios porque él nos lo ha revelado. Algunos

creen que la búsqueda de Dios es un proceso

misterioso de descubrimiento de verdades ocultas.

Dios no se está escondiendo, ni va a hacer que su

voluntad para nosotros sea difícil de encontrar. La

Biblia contiene suficiente información sobre Dios y su

carácter como para que nosotros podamos entablar

una relación con él y entregarle nuestra vida. Dios

está ansioso de que lo conozcamos. Él no está

tratando de dificultarnos la búsqueda.

B. LA CONEXIÓN CON LA

ILUSTRACIÓN DE LA LECCIÓN

Pidamos a alguien con anterioridad que lea o

narre la historia correspondiente a la lección

del día sábado.

Digamos: Al igual que en la historia de la

Biblia y la tripulación del Bounty, el mensaje

de Dios también se halla delante de

nosotros. A lo mejor está guardado en un

estante lleno de polvo, o quizá al lado de

nuestra cama de donde nunca lo tomamos.

Preguntemos: ¿Cambió nuestra percepción

del poder de la Palabra de Dios al leer esta

historia? ¿Qué marcó la diferencia? ¿Por

qué creemos que los isleños creyeron?

¿Por qué creemos que cambió

completamente su estilo de vida?

C. LA CONEXIÓN CON LA VIDA

Describamos la siguiente situación:

Un joven pastor nos cuenta que en cierta

ocasión el vuelo que iba a tomar fue cancelado, por

lo que estaba tratando de comunicarse con su

esposa para decirle que no hiciera el viaje de una

hora de su casa al aeropuerto. Sin embargo, al

parecer, su teléfono celular no estaba encendido, y

nadie contestaba en casa. Finalmente llamó a un

amigo que vivía cerca de las vías del ferrocarril en

las afueras del pueblo y le pidió que por favor

estuviera pendiente para ver cuándo pasaba su

esposa, y que entonces le hiciera señas para que

se detuviera, y le diera el mensaje.

Desafortunadamente, cuando ella pasó pensó que

él la estaba saludando y no se detuvo. El pastor

trató de dejarle un mensaje en la caseta de

información del aeropuerto, pero su esposa

siempre lo esperaba donde se retira el equipaje, y

no había quién pudiera ir a dárselo en ese lugar.

Fue muy frustrante para él tener que dar un

mensaje importante y no tener forma ni medio

alguno que llegara a su destinataria.

Preguntemos: ¿Alguna vez hemos tenido que dar

un mensaje importante y no hemos podido? ¿No

creemos que los ángeles han de sentirse frustrados

al vernos avanzar en la vida sin percatarnos en

absoluto de los mensajes que nos rodean?

Digamos: Nosotros siempre estamos

comunicando mensajes de diversas maneras que

van desde pequeñas notas adhesivas hasta

correos electrónicos. La forma en que nos

comunicamos suele depender del mensaje.

Preguntemos: ¿Cuál es la mejor manera de

comunicar los siguientes mensajes?

«La cita que tienes con el médico es el

miércoles a las 4:30 p.m.».

«El motor de tu auto necesita aceite».

«No te olvides de darle de comer al gato».

«Te amo, y quiero que te cases conmigo».

«Se me pinchó un neumático; necesito

ayuda».

«Hay comida en el refrigerador».

«Susy llamó para que le prestes tus zapatos

rojos».

«Tienes cáncer».

Compartamos las siguientes ideas con

nuestras propias palabras:

La Biblia tiene diferentes tipos de mensajes. Hay

libros que son netamente históricos. Hay poesías y

cánticos extraídos del diario de David. Hay notas

biográficas que describen de qué manera la gente

experimentaba su relación con Dios (Ester, Job y

Daniel). Contiene registro de sermones que fueron

predicados. Hay oraciones. Hay problemas a los

cuales se les encontraron soluciones. Hay profecías

que dejan expuestas las realidades del orgullo

humano. Hay héroes y villanos. Hay cartas dirigidas a

iglesias con el propósito de ayudarlas a crecer. Hay

un libro de «citas adhesivas» que se pegan a nuestra

mente de una manera que solo la sabiduría divina

Lección 3

Para el sábado 21 de abril de 2019 - ¡Palabra de honor!

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