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Mensaje:

Dios me sigue amando y me seguirá

usando aunque cometa errores.

15

Sansón finalmente le confesó a Dalila el secreto

de su fuerza:

—Si me cortan el cabello, se me acabará la

fuerza —le dijo.

Esa noche Dalila le cortó el cabello a Sansón.

Luego lo ató con sogas.

—¡Despiértate! —le gritó Dalila—. ¡Los filisteos te

están atacando!

Esta vez Sansón no pudo romper las cuerdas

con que estaba atado. Ya no tenía fuerza. Dios

respetó la decisión que tomó Sansón de alejarse

de él.

Los filisteos capturaron esa noche a

Sansón y le sacaron los

ojos. Se lo llevaron a Gaza,

pasando por las puertas que

él mismo había cargado

una vez sobre sus

hombros. Miles de

personas fueron a

ver a Sansón, que

ahora estaba sin

fuerzas y ciego.

Después de un

tiempo, los filisteos

hicieron una gran fiesta

en honor de su dios

Dagón. Estaban

celebrando la captura

de Sansón. Durante la

celebración sacaron a Sansón de la

cárcel y lo llevaron al templo para

que todos lo humillaran y se burlaran de él.

Una vez que llegaron al lugar de la fiesta Sansón

le pidió al muchacho que lo guiaba de la mano

que lo llevara hasta el centro del templo donde

estaban las columnas centrales. Entonces Sansón

oró diciendo: «Oh, Señor, dame fuerzas una vez

más. Ayúdame a vengarme de los filisteos».

Sansón empujó con todas sus fuerzas las dos

columnas principales que sostenían el templo. Dios

hizo que recuperara su fuerza. Las columnas se

cayeron y como resultado se derrumbó todo el

templo. Sansón murió junto con centenares de

filisteos.

Dios le había dado a Sansón

una enorme fuerza física, pero

Sansón desobedeció a Dios. Él

era débil internamente, aún

más débil que Dalila.

Pidamos a Dios que

nos conceda fortaleza

física y espiritual, para así

resistir la tentación y ser

fieles testigos suyos.

Versículo

para memorizar

«Oh Dios, ¡pon en mí

un corazón limpio!,

¡dame un espíritu

nuevo y fiel!»

(Salmo 51: 10).