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Mensaje:
Dios puede usarme
si confío en él.
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Gedeón comenzó a reunir un ejército para
derrotar a Madián y se le unieron treinta y dos mil
hombres. Ahora Dios probó a Gedeón.
—Son demasiados hombres —le dijo Dios—. Envía
a algunos de ellos a su casa.
Gedeón sabía que los madianitas y los
amalecitas tenían ejércitos muy grandes. Pero él
obedeció a Dios y envió a veintidós mil hombres de
regreso a su casa (Jueces 7: 3).
Entonces Dios volvió a probar a Gedeón:
—Lleva a tus hombres a beber agua al río.
Quédate con los hombres que se mantengan de pie
al beber el agua. Envía al resto a sus casas.
Solamente trescientos hombres pasaron la
segunda prueba. Dios finalmente contaba con un
pequeño ejército.
Esa noche, Gedeón dividió a su ejército en tres
compañías. Iban armados solamente con cántaros
de barro, trompetas y antorchas. Cada compañía se
escondió en uno de los lados del
campamento madianita. Luego tocaron
todos al mismo tiempo las trompetas,
quebraron los cántaros donde tenían
escondidas las antorchas y gritaron con
todas sus fuerzas: «¡Por el Señor y por
Gedeón!»
Dios hizo el resto. Al escuchar los
gritos de batalla de Israel, los madianitas
y los amalecitas salieron corriendo de sus
tiendas de campaña y comenzaron a
pelear unos contra otros. ¡Estaban
completamente confundidos! Muchos
salieron huyendo. Mientras huían, los
soldados de Gedeón los perseguían.
Dios desea ayudarnos con nuestros
problemas más difíciles. Es muy fácil para
él destruir a nuestros enemigos, y fácil
para nosotros obedecerlo; siempre y cuando
permanezcamos fieles a él y lo recordemos en
todas las cosas que hagamos.
Dios ganó la victoria en favor de los israelitas. Y
Dios también peleará y ganará la batalla en favor
nuestro.
Versículo
para memorizar
«A todo puedo hacerle
frente, gracias a Cristo
que me fortalece»
(Filipenses 4: 13).