MISIÓN NIÑOS
DIVISIÓN SUDAMERICANA
11
U
na
canción
para
papá
A la pequeña Carine le encantaban los domingos. Ella tenía apenas cuatro años cuando
fue con sus padres a uno de los centros comerciales de Salvador, en Brasil, y allí su papá le
compró un pastel de chocolate. Al día siguiente, su papá se vistió con su uniforme de policía
y no regresó a casa durante un mes.
Esa tarde, la mamá de Carine recibió una llamada telefónica.
—Vamos —le dijo a su hija—, tenemos que ir a la casa de la abuela.
Esa noche, Carine vio a su mamá llorando y no sabía por qué, pero le dio un gran abrazo.
—Tú me enseñaste a confiar en Jesús —le dijo—, así que confía en él. Todo va a estar bien.
Las dos se abrazaron un poco más fuerte.
A la mañana siguiente, Carina se quedó con su abuela, y su mamá no regresó a la casa
sino hasta tarde en la noche. Y el siguiente día sucedió lo mismo. Luego de una semana, la
pequeña comenzó a extrañar también a su padre.
—¿Dónde está papá? —le preguntó a su madre.
—Papá tuvo un accidente y está en el hospital —respondió la madre.
El rostro de Carine se llenó de preocupación y su mamá rápidamente agregó:
—No te preocupes. Jesús hace milagros y hará un milagro con papá.
Esa noche, mamá abrió la Biblia y le leyó a Carine la historia de cómo Jesús le devolvió la
vista a un ciego. También le leyó relatos de cómo Jesús sanó a una mujer que sangraba,
resucitó a Lázaro de entre los muertos, protegió a Daniel en el foso de los leones y salvó a los
tres amigos de Daniel en el horno de fuego.
Cuando mamá cerró la Biblia, aún se veía triste, así que Carine le dijo que quería cantarle
una canción.
—Cantar llena mi corazón de esperanza —le dijo—. Tú también deberías tener
esperanza.
A la mamá de Carine le gustaba escuchar la voz melodiosa y tierna de su hija, así que
disfrutó mucho del momento.
JESÚS INTERVINO
Luego de un mes, el papá de Carine volvió a casa. Parecía cansado y caminaba
lentamente, pero Carine corrió hasta sus brazos.
—Voy a cuidarte y a cantarte todos los días —le dijo la pequeña.
Inmediatamente comenzó a cantar una de sus canciones favoritas: «Aleluya». Le expresó
su amor por Jesús a través de la canción, así como su deseo de cantar «Aleluya» a sus pies
algún día en el cielo. Desde entonces, Carine le cantó a su padre todos los días hasta que él
pudo volver a trabajar.
Hoy en día, Carine tiene siete años y acompaña a sus padres a varias iglesias adventistas
en las que cuentan la historia milagrosa del poder sanador de Jesús.
Su padre André cuenta que él y otros dos agentes de policía estuvieron atrapados en una
lluvia de disparos en un barrio peligroso de Salvador el 8 de septiembre del año 2014. Él
recibió un disparo en la cabeza. Los médicos se sorprendieron cuando dejó el hospital
apenas un mes después.
A Josenice, la mamá de Carine, le encanta hablar de la fidelidad a Dios que mostró su hija
durante aquel mes tan difícil. «Mi hija fue más fiel que yo, aun cuando ni siquiera sabía lo que
Brasil
27 de abril