MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS
DIVISIÓN SUDAMERICANA
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Cuando estaba por finalizar su segundo
período como misioneros, la pareja decidió
visitar a la familia por última vez. Juan pasó
una semana con ellos, durante la cual
estableció amistad con la madre y la ayudó
con ciertos trámites legales y otros asuntos
prácticos. Juanita tuvo que trabajar durante esa
semana, pero se unió a ellos el fin de semana.
La pareja obsequió a la familia una caja de
libros de historias bíblicas para niños con
bellas ilustraciones, una Biblia para cada
miembro de la familia en su lengua materna
y un ejemplar de
El conflicto de los siglos
de
Elena G. de White. Ese sábado, bajo un árbol,
dirigieron una clase especial de Escuela
Sabática y un servicio de adoración para la
comunidad. Al terminar, se despidieron.
«Fue un momento hermoso, en el que
cerramos un capítulo maravilloso de nuestras
vidas —cuenta Juan—. Oramos para que el
Señor regara las semillas que sembramos».
La experiencia en África cambió los
corazones de Juan y Juanita. Les ayudó a
entender que Elena G. de White no solo era
una autora prolífica con ideas y mensajes
proféticos, sino una mujer consagrada, con
una fe viva, que practicaba lo que predicaba,
cuidando niños necesitados en su propia casa.
«Para mí esto fue revolucionario —dice
Juan—. Muchas veces vemos misioneros
trabajando en la comunidad pero, ¿con qué
frecuencia los vemos llevar el trabajo de la
misión a sus hogares?».
«Los misioneros que hacen esto pueden
hospedar y cuidar ángeles invisibles», dijo
Juan, señalando su pasaje favorito en
El
Deseado de todas las gentes
de Elena G. de White,
capítulo 70, página 609: «Al abrir nuestra
puerta a los menesterosos y dolientes hijos de
Cristo, estamos dando la bienvenida a ángeles
invisibles. Invitamos la compañía de los seres
celestiales. Ellos traen una sagrada atmósfera
de gozo y paz. Vienen con alabanzas en los
labios, y una nota de respuesta se oye en el
cielo. Cada hecho de misericordia produce
música allí. Desde su trono, el Padre cuenta
entre sus más preciosos tesoros a los que
trabajan abnegadamente».
Juan hace un llamado de sensibilización a
los adventistas, invitándolos a vivir un
evangelio práctico. «Es necesario llevar el
trabajo misionero a nuestros hogares y, por la
gracia de Dios, alcanzar así los corazones de
los demás», dice.
«Esta experiencia transformó mi corazón
—dice Juan—, me ayudó a crecer y madurar
como misionero. Fue en la viña del Señor
donde verdaderamente me convertí en
misionero».
Consejos para la historia:
•
M
isión adventista
:
jóvenes y adultos
no
desea revelar las identidades reales de Juan
y Juanita, o el país donde tuvo lugar esta
historia, porque son médicos misioneros
de carrera que trabajan en partes sensibles
del mundo. Ellos pidieron que no se
publicaran sus nombres para evitar
posibles obstáculos en el trabajo futuro.
Por esa razón, no hay videos disponibles
esta semana.
• Muestre la imagen que Juan dibujó para
esta historia y que puede encontrar en el
enlace: bit.ly/fb-mq.
CÁPSULAS INFORMATIVAS
• Argentina ha eliminado trece ceros de su moneda
desde 1970, lo que equivale a un factor de 10 mil
millones.
• En promedio, un ciudadano común argentino pasa
más de veinte horas semanales escuchando la radio,
mucho más que en cualquier otro país.
• En 1891, el oficial de policía argentino Juan Vucetich
realizó la primera identificación de huellas dactilares.
• El deporte nacional de Argentina es el pato, un
juego que toma aspectos del polo y el baloncesto,
y se juega a caballo. Su nombre hace alusión a su
modalidad original, en la que se utilizaba un pato
vivo dentro de una canasta en lugar de una pelota.
Otros deportes populares son el baloncesto, el polo,
el rugby, el golf y el hockey femenino sobre hierba.