Previous Page  19 / 50 Next Page
Basic version Information
Show Menu
Previous Page 19 / 50 Next Page
Page Background

17

amigos se miraron unos a otros con los ojos agrandados. ¿Qué debían hacer? Sabían que

aquella no era la comida que Dios quería para ellos.

Daniel fue al jefe del servicio que estaba a cargo de todos los cautivos.

—¿Podríamos comer mis amigos y yo la comida que nuestro Dios nos ha dicho que

comamos? —preguntó con diplomacia.

—El rey ha ordenado que coman esta comida y beban este vino —respondió temeroso el

oficial—. Si ustedes se ponen pálidos y parecen enfermos, el rey me matará por no haber

hecho bien mi trabajo.

Daniel pensó acerca del problema. Habló con Melzar, el guardia señalado para cuidar de

Daniel y sus amigos.

—¿Podrías probarnos por diez días? —le preguntó a Melzar—. Danos solamente comida

sencilla para comer: frutas y verduras, nueces y granos. Y danos en lugar de vino, agua. Tú

podrás ver qué aspecto tenemos después de los diez días.

Melzar aceptó la prueba. Por diez días dio a los muchachos alimentos sencillos y agua

para beber.

Cuando los diez días de prueba terminaron, Daniel y sus amigos se veían más saludables

que los muchachos que habían estado comiendo la comida y bebiendo el vino del rey. Melzar

se dio cuenta de que Daniel y sus amigos habían hecho una buena elección. Él les permitió

continuar comiendo la comida sencilla.

Dios bendijo a Daniel y a sus amigos. Los ayudó a aprender todas

las cosas que estudiaban en la escuela del rey

Nabucodonosor. Tres años más tarde

cuando el rey los examinó, descubrió que

Daniel y sus tres amigos habían

aprendido más que todos los demás

sabios de su reino.

Daniel y sus amigos eligieron

buenas cosas para sus cuerpos. Ellos

adoraron a Dios mediante sus decisiones.

Tú puedes hacer lo mismo.