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¿Cuántas veces hemos caminado sobre un

muro de piedras o de bloques con nuestros

brazos extendidos para mantener el equilibrio? Ya

de niños entendíamos que para mantener el

equilibrio era necesario tener el mismo peso a

ambos lados del cuerpo. También descubrimos lo

fácil que es perder el equilibrio al caminar sobre

una pared o línea angosta. En vez de salirnos de la

pared y caer, nos doblábamos mientras movíamos

los brazos. Cuando hacíamos eso, nuestro cuerpo

recuperaba el equilibrio, pues corríamos el centro

de gravedad hasta que estuviera justamente sobre

el sitio donde estábamos parados.

El centro de gravedad es el punto de un

objeto donde hay el mismo peso de un lado y del

otro. Cuando caminamos sobre un muro de

concreto, el centro de gravedad está en el lugar

donde posamos el pie.

Analicemos • Preguntemos: ¿Cómo puede

aplicarse esta idea del equilibrio a nuestra

vida diaria? ¿Cuáles son las cosas en las que

cada día tratamos de mantener el

«equilibrio»? ¿Cuál es o debería ser nuestro

centro de gravedad? ¿De qué manera el

encontrar ese centro de gravedad puede

ayudarnos a mantener el equilibrio en las

decisiones que tomamos cada día?

CONEXIÓN

A. LA CONEXIÓN CON EL REINO

Expresemos las siguientes ideas en nuestras

propias palabras:

La Palabra de Dios es clara sobre las dos

opciones que tenemos. ¡O servimos a Dios, o

servimos a Satanás! El resultado de esa elección

es lo que podríamos llamar nuestro centro de

gravedad. Una vez que hemos decidido quién

queremos que controle nuestra vida, ese se

convertirá en nuestro centro de «equilibrio».

La Biblia nos recuerda que estamos en

medio de una guerra que podríamos describir

como una guerra por la lealtad de cada uno de

nosotros. Cada uno de los bandos quiere ser

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nuestro centro de gravedad. Nosotros tenemos

la libertad de decidir por cualquiera de ellos, y

las pequeñas decisiones que tomamos a diario

determinan en quién nos equilibraremos.

Preguntemos: ¿Qué expresan nuestras

decisiones diarias sobre nuestro centro de

gravedad? ¿Qué cosas haríamos de otra manera

si considerásemos que muchas de nuestras

decisiones determinan nuestro «equilibrio»?

B. LA CONEXIÓN CON LA

ILUSTRACIÓN DE LA LECCIÓN

Pidamos a alguien con anterioridad que lea o

narre la historia correspondiente a la lección

del día sábado.

Preguntemos: La barra de equilibrio, la

cuerda floja, caminar sobre un muro, ¿cómo

se relacionan todos estos ejemplos con el

tema de esta semana?

(Constantemente hay

muchas cosas que nos halan o impulsan hacia

diferentes direcciones. No siempre es fácil

encontrar nuestro centro de gravedad. No es

fácil mantener el equilibrio en las decisiones

que tomamos cada día).

¿Cuán difícil es

encontrar el equilibrio entre las cosas que

nos gusta hacer y las que creemos que Dios

quiere que hagamos? ¿Cuáles son las cosas

a las que les dedicamos más tiempo, de las

que hablamos más o las que más

planificamos?

(Si nuestra clase es grande,

hagamos que nuestros estudiantes compartan

sus opiniones en parejas o en grupos pequeños

con un adulto que nos asista).

¿Qué expresan

estas decisiones sobre el balance que existe

en nuestra vida?

C. LA CONEXIÓN CON LA VIDA

Presentemos el siguiente escenario:

Digamos: La vida moderna no es fácil para

los jovencitos. Cada día tenemos muchas

oportunidades de escoger qué dirección y

equilibrio alcanzaremos en la vida. A menudo

nos sentimos tentados a basar nuestras

Lección 11

Para el sábado 15 de junio de 2019 - Con equilibrio y moderación

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