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Lección 9 | Jueves 28 de noviembre

EN LA SANTA CIUDAD

LeeNehemías 11:1 y2. ¿Quéocurre enestepasaje? ¿Por qué tendríanque

echar suertes para ver quién viviría en Jerusalén o en las otras ciudades?

¿Qué nos enseña Nehemías 11? Se necesitaban nuevos residentes para

Jerusalén de entre los recién llegados que habían regresado a la tierra des-

pués de su exilio.

Aparentemente, era más fácil vivir en el campo que en la ciudad. La

gente tenía su propia tierra, heredada de sus antepasados. Abandonarla e ir

a vivir a Jerusalén era un sacrificio, y muchos podían sentir con razón que

sufrirían desarraigo. La vida tendría nuevos desafíos, y un estilo de vida

urbano es diferente de vivir en un zona rural. Mudarse a un nuevo entorno

desconocido siempre es difícil.

¿Cuán difícil es mudarse a una nueva ciudad o país donde el evangelio

necesita difundirse? La misión en las ciudades requiere buena voluntad

para emprender nuevas aventuras y adversidades.

“Nuestros obreros no están comunicando el mensaje como deberían.

Nuestros dirigentes no han despertado a la tarea que debe realizarse.

Cuando pienso en las ciudades donde se ha hecho tan poco, donde hay

tantos miles a quienes amonestar acerca del pronto advenimiento del Sal-

vador, experimento un deseo intenso de ver a hombres ymujeres que salgan

a hacer la obra con el poder del Espíritu, llenos del amor de Cristo por las

almas que perecen” (

TI

7:42).

¿Porquésemencionauna larga listadesacerdotesy levitasenNehemías

12:1 al 26? ¿Cuál es la relaciónentre ellosy ladedicacióndelmurode Jerusa-

lén que se describe en la segunda parte del mismo capítulo (Neh. 12:27–47)?

Dios quiere que las cosas se hagan de unamanera apropiada. Primero se

necesita gente dedicada y consagrada antes de que se puedan lograr grandes

cosas. Estas familias sacerdotales ayudaron a Nehemías a construir los

muros para que pudieran adorar con seguridad al Dios vivo en el Templo

sin intervención externa. Los muros eran importantes para la seguridad;

pero, sin sacerdotes piadosos, la verdadera adoración corría peligro. Por lo

tanto, todo el pueblo, en sus diversas funciones, tenía un rol que desempeñar.