105
| Lección 9
Miércoles 27 de noviembre
HUMILLARSE ANTE DIOS
Lee Deuteronomio 30:1 al 6. ¿Qué promesa se le dio al pueblo hebreo?
¿Qué debió haber significado esta promesa, entre otras similares, para
hombres como Esdras y Nehemías?
Esdras y Nehemías conocían las profecías. Ellos sabían que Dios iba a
hacer regresar al pueblo del cautiverio. EnNehemías 9, vimos que entendían
su historia y las razones de sus dificultades. Al mismo tiempo, también
conocían la gracia y la conducción de Dios, a pesar de sus pecados.
Por lo tanto, confiaron en el Señor, en que él haría que el regreso del
cautiverio fuera exitoso. Sin embargo, esas promesas no significaban que
no enfrentaríanmuchos desafíos en el camino. Gran parte de este trimestre,
hasta ahora, hemos examinado las pruebas y las tribulaciones que enfren-
taron, incluso en medio de las promesas de Dios.
Lee Esdras 8:16 al 23. ¿Cuál era el desafío y cómo respondieron?
A pesar de las promesas, Esdras sabía lo peligroso que era el viaje. Por
lo tanto, ayunar y humillarse ante Dios eran formas de reconocer cuán
dependientes eran de Dios para tener éxito. En este momento, con tantos
peligros por delante, la idea de pedirle ayuda y protección al rey, como mí-
nimo, se le había ocurrido a Esdras. Pero finalmente optó por no hacer eso,
en contraste conNehemías (Neh. 2:9), que tuvo una escolta para protegerlo.
Esdras obviamente sentía que si la hubiese pedido habría sido deshonroso
para el Señor, porque ya le había dicho al rey: “La mano de nuestro Dios
es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra
todos los que le abandonan” (Esd. 8:22). En este caso funcionó bien, ya que
más tarde escribió (Esd. 8:31) que el Señor los había protegido, y llegaron a
salvo a su destino.
Por supuesto, debemos confiar en Dios para todo. Al mismo tiempo, también, ¿en
qué momentos podemos pedir ayuda incluso a aquellos que no son de nuestra fe?
En muchos casos, ¿por qué eso es bueno, e incluso apropiado?