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magina lo que sería para ti si de pronto tuvieras que

dejar tu hogar y no pudieras llevarte nada contigo.

¿Y cómo te sentirías si tuvieras que dejar a tu familia?

Daniel tuvo que abandonar muchas cosas. Eso sucedió

hace mucho, mucho tiempo...

l pueblo de Israel se había olvidado

nuevamente de Dios. Muchos violaban las

leyes de Dios y adoraban ídolos. Pero unas cuantas

personas todavía amaban y adoraban al Dios

verdadero. La familia de Daniel estaba dentro de

ese grupo.

Cuando Daniel nació, sus padres le dieron un

nombre especial. Querían recordarle que fuera

siempre fiel a Dios. El nombre «Daniel» significa

«Dios es mi juez». Sus padres deseaban que supiera

que no importaba tanto lo que hiciera o dijera la

gente a su alrededor. Lo único que realmente

importaba era que Dios estuviera satisfecho con lo

que hacía Daniel. Al crecer, Daniel decidió que iba a

dedicar su vida a Dios. Puso a Dios en primer lugar

en todo lo que hacía. Dios era lo primero al cumplir

sus tareas más pequeñas y también las más

grandes. Daniel deseaba ser un siervo de Dios, así

como lo había sido Samuel.

Daniel vivía en Jerusalén, la capital de Judá. El

rey Joaquim también vivía en Jerusalén. El rey no

adoraba a Dios. Más bien animaba a la gente

a adorar ídolos. Construyó templos a dioses

extraños y guio al pueblo de Israel a celebrar

las fiestas de esos dioses. Daniel decidió que

pasara lo que pasara, el malvado rey

Joaquim no iba a lograr nunca que él se

apartara del camino del bien. Daniel no

estaba solo. Tenía tres amigos: Ananías,

Misael y Azarías, quienes deseaban también

que Dios fuera lo más importante en su vida.

Cuando Daniel y sus amigos eran jóvenes

todavía, el rey Nabucodonosor, de Babilonia,

atacó Jerusalén. Pronto derrotó al ejército

hebreo y entró victorioso en la ciudad. Su

ejército capturó al rey Joaquim y a su

familia. Entraron entonces al templo que

Salomón había construido y se

llevaron muchos de los tesoros de oro.

Mientras los soldados recorrían la

ciudad, tomaban para ellos todo lo que les

gustaba de las casas de la gente.

El rey Nabucodonosor tomó muchos

prisioneros y se los llevó a Babilonia. Entre

esos prisioneros se encontraban Daniel y sus

Daniel 1: 1, 2; 2 Reyes 24: 1-16;

Profetas y reyes

, cap. 39.

I

¡Capturados!

I

24

5

Lección

E