Mensaje:
Sirvo a Dios cuando ayudo a mis
amigos a tomar buenas decisiones.
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tres amigos. Se los llevaron lejos de su familia a un
país extraño que no conocían. Pero aunque se los
habían llevado lejos de su familia, estos jóvenes se
animaban unos a otros. Juntos decidieron que
cuando llegaran a Babilonia, vivirían para honrar a
Dios. Se ayudarían unos a otros a tomar decisiones
correctas.
Al llegar a Babilonia se les dio un nombre nuevo
a cada uno de los cuatro. Daniel llegó a ser
Beltsasar. Ananías recibió el nombre de Sadrac;
Misael se llamó Mesac; y Azarías, Abednego. Esos
nuevos nombres honraban a dioses extraños,
dioses a los que ellos
no podían adorar.
Daniel había
perdido su hogar
y a su familia. Había
perdido hasta su
nombre. ¿Qué le
quedaba entonces?
¡Mucho!
Nabucodonosor
y todo su ejército no
podían quitarle a Dios.
El Señor tenía un lugar
especial en su corazón.
Daniel tenía todo
lo que necesitaba:
un Dios amante
y buenos amigos
que lo animaban.
Dios iba a recordar
a Daniel y a sus tres
amigos que tenía para
cada uno de ellos una
tarea especial. Dios
deseaba que el rey
Nabucodonosor aprendiera sobre él. Estos cuatro
hebreos abrirían el camino. Le enseñarían al rey
Nabucodonosor sobre el rey del cielo.
Versículo
para memorizar
«He escogido el camino
de la verdad y deseo
tus decretos»
(Salmo 119: 30).