Nehemías 4
Sanbalat, quien junto con Tobías controlaba Samaria al norte de Judá, ame-
nazó a Nehemías, y recurrió a la burla y el ridículo para mofarse de los judíos.
Estaba emparentado con los judíos a través del linaje del sumo sacerdote (matri-
monio mediante) y, por lo tanto, podía intuir que su poder sobre la nación judía
sería restringido una vez que restauraran el muro. Creía que los judíos no eran
lo suficientemente fuertes, que eran inferiores y que su tarea era demasiado
grande para ellos. Decía que los judíos nunca podrían reconstruir el muro. Otros
gobernantes de la región se unieron a Sanbalat en un golpe político para detener
a los israelitas. Los árabes estaban bajo el liderazgo de Gesem y ocupaban el
territorio del sur debajo de Judá; los amonitas vivían al este, en territorio persa;
y Asdod estaba al oeste de Judá. Por lo tanto, Judá estaba completamente
rodeada de fuerzas hostiles. Cuando el pueblo de Israel tuvo miedo, Nehemías
tomó esto como una afrenta a Dios y a la nación judía. El nombre de Dios y el
nombre de Israel fueron avergonzados por los enemigos, por lo que clamó a
Dios que “escuch[e]” y que “ha[ga] que sus ofensas recaigan sobre ellos mismos”
(Neh. 4:4, NVI). Él no tomó represalias, sino que le pidió a Dios que tomara el
asunto en sus manos. Nehemías estaba seguro de que Dios le había ordenado
liderar la reconstrucción del muro, como lo demuestra la respuesta favorable del
rey, así como la del pueblo de Israel. Debido a que las palabras amenazadoras
de sus vecinos jugaron con su imaginación y los asustaron, Nehemías alentó
al pueblo a “pele[ar]” porque Dios es “grande y temible” (Neh. 4:14, NVI), y él
“peleará por nosotros” (Neh. 4:20, NVI). Nehemías reunió a los judíos, los vistió
con el traje militar completo y los puso por grupos en cada hueco del muro, lo
que permitió que sus enemigos los vieran. Le estaba demostrando al mundo
que estaban listos para un ataque.
La estrategia funcionó; los planes de los enemigos se vieron frustrados. Se
les recordó a los judíos que confiaran en Dios y que no permitieran que los ene-
migos humanos resultaran más grandes que su Dios. A pesar de algunas otras
amenazas hacia los israelitas, continuaron construyendo hasta que el muro se
terminó en apenas 52 días de trabajo (Neh. 6:15).
APLICACIÓN A LA VIDA
La modalidad de trabajar y parar, trabajar y parar vez tras vez se debió al
temor de lo que la gente les pudiera hacer. Las amenazas del enemigo, los de-
cretos de los reyes que prohibían la obra y el hecho de que eran pocos, todo
conspiró para que dejaran de trabajar.
1. ¿Qué hizo el profeta Hageo a fin de motivar al pueblo para que trabajara
unido y con éxito en la reconstrucción del Templo?
2. ¿Qué sucede cuando en nuestra mente reproducimos vez tras vez lo que
podría pasar? Eso solo empeora las cosas, ¿verdad? Nos preocupamos
hasta que el resultado se vuelve tan terrible que nuestras expectativas y
Lección 4
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Material auxiliar para el maestro
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