57
| Lección 5
Martes 29 de octubre
NEHEMÍAS ACTÚA
Aparentemente, el reproche a los nobles y los gobernantes: “¿Exigís in-
terés cada uno a vuestros hermanos?” (Neh. 5:7) no produjo los resultados
deseados. Por lo tanto, Nehemías no se detuvo allí, sino que siguió luchando
por los oprimidos. Podría haber dicho que trató de enseñarles a los nobles y
los gobernantes, pero no funcionó, por lo que se vio obligado a abandonar
el asunto. Al fin y al cabo, se estaba alzando contra los ricos y poderosos
de la nación. Pero no quedó satisfecho hasta implementar una solución al
problema; aunque se granjeó poderosos enemigos en el proceso.
LeeNehemías 5:7 al 12. ¿Cuáles son los argumentos deNehemías contra
loque estabapasando? ¿Quéusóparapersuadir al pueblode que enmiende
el error?
Nehemías llamó a una gran asamblea: todo el pueblo de Israel se reunió
para tratar este asunto. Lomás probable es que haya previsto la posibilidad
de que, cuando todos estuvieran presentes, los dirigentes se avergonzarían,
y hasta quizá temieran continuar con su opresión.
El argumento inicial de Nehemías se centró en la esclavitud. Muchos
de los judíos, probablemente Nehemías incluido, habrían comprado la li-
bertad de otros judíos sometidos a servidumbre por extranjeros. Ahora, les
preguntó a los nobles y a los gobernantes si les parecía aceptable comprar
y vender a su propio pueblo. ¿Tenía sentido que los israelitas compraran
judíos y les dieran libertad solo para que terminaran siendo esclavos de su
propio pueblo?
Los dirigentes no ofrecieron ninguna respuesta porque veían que este
argumento era razonable; por lo tanto, Nehemías continuó. Él les preguntó:
“¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las na-
ciones enemigas nuestras?” (Neh. 5:9). Entonces, Nehemías admitió que él
mismo le había prestado dinero y grano a la gente. Al declarar “¡Dejemos
de cobrarles intereses!” (Neh. 5:10, RVC), confirmó la ley que prohibía esta
práctica con sus hermanos hebreos y demostraba que, bajo su cargo de go-
bernador, le gustaría que fueran solícitos unos con otros. Increíblemente,
la respuesta fue unánime. Los líderes aceptaron devolver todo al pueblo.
¿Le has hecho mal a alguien? La mayoría, si somos honestos, tendríamos que res-
ponder “Sí”. ¿Qué te impide, de una u otra forma, hacer restitución, incluso ahora
mismo?