Material auxiliar para el maestro //
Lección 5
cionó personalmente ante la opresión de los judíos, como si hubiesen herido a
los miembros de su propia familia.
Pero, lejos de actuar precipitadamente, Nehemías “lo medit[ó]”. Las palabras
utilizadas para esta frase son
malakh
y
levav
.
Malakh
tiene dos significados prin-
cipales: (1) “reinar como rey”, o “hacerse rey”; y (2) “reflexionar”, o “considerar
cuidadosamente para sus adentros”.
Levav
significa “el corazón”. Literalmente,
el versículo dice “en mi corazón”. Al unirlos, señala que Nehemías consideró el
asunto cuidadosamente en su corazón. Dado que el corazón y la mente son
sinónimos en el pensamiento hebreo, Nehemías reflexiona y evalúa cuidadosa-
mente qué hacer con la opresión y la injusticia entre los hebreos. Por lo tanto,
otra lección importante que podemos aprender de Nehemías en esta historia es
que no debemos reaccionar con enojo ante la injusticia. Más bien, deberíamos
tomarnos un tiempo para procesar cuál será el mejor curso de acción.
Es bueno e importante mostrar emociones fuertes contra la injusticia. Sin
embargo, esto no justifica que nos enojemos por cualquier causa. Por ejemplo,
la ira de Caín fue indebida hacia su hermano Abel. La indiferencia contra el mal
es uno de los peores pecados. Cuando alguien ve una injusticia y se aparta de
ella como si no fuera su problema, demuestra frialdad y pérdida de sensibilidad
hacia el pecado. Es muy peligroso cuando estamos paralizados emocionalmen-
te y no reaccionamos ante la injusticia. Nuestro Dios es el Dios de la justicia;
siempre está del lado de los oprimidos. A menudo los profetas reprendieron
al pueblo de Dios por no haber detenido la injusticia. Los profetas animaron
al pueblo a tratar bien a los pobres y a ayudarlos; le enseñaron a ser amables
con las viudas, los huérfanos y los extranjeros (para ejemplos, ver Deut. 10:18;
14:29; 24:19; 27:19; Zac. 7:10).
Después de reprender a los nobles y los gobernantes judíos, que guardaron
silencio y no respondieron, Nehemías convocó a una “gran asamblea” para que
todos los líderes se enfrentaran a las implicaciones masivas de su comporta-
miento opresivo y cómo afectó a tanta gente. Además, una gran multitud sería
intimidatoria y los dirigentes tendrían muchas más probabilidades de acceder
a sus demandas. Sin embargo, lo más importante es que Nehemías hizo un lla-
mado a su responsabilidad ante Dios. “¿No andaréis en el temor de nuestro Dios,
para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?” (Neh. 5:9). Nehemías
usa la frase “el temor de nuestro Dios” varias veces en el libro (Neh. 5:9, 15; 7:2).
El concepto de “el temor de Dios” era recordarles a los judíos su deseo de
andar con Dios, de tomar decisiones según su voluntad y vivir para él. Por eso
los judíos volvieron a Jerusalén; regresaron para ser el pueblo de Dios y vivir
responsablemente como tal. Se dieron cuenta de que sus antepasados habían
abandonado a Dios, y ellos querían revertir eso. La reprensión de Nehemías
los silencia porque finalmente se dan cuenta de que no han estado viviendo
irreprochablemente y han vuelto a caer en los hábitos que les han enseñado
en el pasado o que han aprendido de las naciones circundantes. No pueden
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