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Material auxiliar para el maestro //

Lección 4

prosperidad.

Hageo y Zacarías

Los profetas Hageo y Zacarías llegan a la escena después de quince largos

años de oposición a la construcción. El pueblo se ha desanimado y deja de

trabajar en la reconstrucción del Templo. Dios llamó y ordenó a estos profe-

tas que hablaran al pueblo para inspirarlo a construir a pesar de la oposición

hostil. Dios los alentó a no tener miedo. Él estaba con ellos, y su presencia los

sostendría.

Dios se acercó al pueblo con la pregunta: “¿Es para vosotros tiempo, para

vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?”

(Hag. 1:4). Estudia todos los casos en que aparece la palabra “artesonado” (

safun

)

en la Biblia en términos de proyectos de construcción, y verás algo interesante.

Todos esos ejemplos están relacionados con el cedro (1 Rey. 6:9; 7:3, 7; Jer.

22:14). Por lo tanto, Dios dijo que las casas de su pueblo eran “artesonadas”

(Hag. 1:4) porque no estaban hechas del material que normalmente se usa en

esa región. ¿Cuál era el problema con los troncos de cedro? Originalmente, los

judíos ordenaron troncos de cedro del Líbano para reconstruir el Templo. El

Templo debía construirse de acuerdo con el modelo que Salomón estableció al

intercalar bloques de piedra y paneles de madera de cedro. Planeaban usar los

troncos de cedro para los paneles del Templo. Sin embargo, cuando la oposición

los “forzó” a dejar de trabajar en el Templo, tenían madera disponible. ¿Por qué

no usarla? A pesar de que utilizaron la madera destinada a su Templo para sus

propias casas, Dios encontró otra solución. Los envió a las montañas para traer

madera de allí y construir su casa. Dios no requiere los materiales más caros para

su propia casa. Él solo quiere una casa para poder habitar con ellos.

Lo más importante es que Dios quería que su pueblo deseara que su pre-

sencia estuviera con ellos, que era el propósito del Templo. El mayor problema

era la falta de compromiso de su corazón: el Templo sin terminar solamente era

el síntoma de su apatía. Cuando alguien está comprometido con una tarea o

con otra persona, no será detenido fácilmente por la oposición. La falta de tra-

bajo demostraba la falta de compromiso de parte del pueblo de Dios con él. Y,

sin embargo, el ánimo por parte de Dios despertó al pueblo de su letargo y su

miedo, y lo motivó a comenzar de nuevo la obra del Templo. Después de eso, no

vacilaron en su trabajo. Terminaron el Templo cinco años después. A veces nos

quedamos empantanados en lo mundano y la comodidad. En ese momento, lo

que necesitamos es un recordatorio de lo que es importante en la vida.

Cronología de la obra en Nehemías

• 445/444 a.C. Nehemías llega a Jerusalén (Neh. 1, 2).

• Oposición a la obra (Neh. 2:11-20; 4:1-23; 6:1-14).

• Después de 52 días (menos de dos meses) se termina el muro

(Neh. 6:15-19).

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