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HAZ
la actividad
que aparece en la
página 60.
APRENDE
Comienza a
memorizar el texto
clave.
Sábado
versículo
para
memorizar
«¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, que envió
a su ángel para salvar a sus siervos fieles, que no cumplieron
la orden del rey, prefiriendo morir antes que arrodillarse y
adorar a otro dios que no fuera su Dios!» (Daniel 3: 28).
¿Te has sentido presionado a hacer algo que no querías
hacer? Si has pasado por esta experiencia comprenderás
cómo se sintieron Daniel y sus amigos cuando el rey y toda
la ciudad se arrodillaron delante de una estatua de oro y
ellos se negaron a hacerlo.
D
aniel captó la atención del rey Nabucodonosor poco
tiempo después de llegar a Babilonia. En el período de un año, el rey
tuvo un sueño acerca de una estatua rara y quiso desesperadamente que
alguien lo interpretara. Daniel oró para que Dios lo ayudara y pudo
explicar a Nabucodonosor el enigma de la estatua, la profecía que
representaba y los reinos que seguirían al Imperio Babilónico de
Nabucodonosor. Daniel fue recompensado con un elevado cargo en el
reino. Él pidió que sus amigos, conocidos ahora por nuevos nombres
babilónicos, Sadrac, Mesac y Abednego, tuvieran trabajos importantes en
el gobierno.
Nabucodonosor reconoció el poder del Dios de Daniel después de que
su sueño fue interpretado. Pero no quería aceptar la profecía
concerniente a que su reino no sería eterno. Todo lo que podía recordar
de la interpretación de Daniel eran las palabras: «Tú eres la cabeza de
oro». Sus consejeros le sugirieron que hiciera una estatua como la que
había visto en su sueño, pero que la hiciera toda de oro macizo para
representar un reino eterno e indestructible.
Los babilonios eran adoradores de los ídolos. Habían hecho estatuas
espléndidas de sus diferentes dioses. Pero nunca habían visto una imagen
como esta. Su altura era como un edificio de nueve pisos y estaba hecha
de oro macizo; la estatua se podía observar desde las afueras de la ciudad.
La ceremonia de dedicación para esta imagen era un acto de adoración y
un juramento de fidelidad a Babilonia. Se esperaba que todos los
funcionarios del gobierno estuvieran presentes.
Alabamos a
Dios confiando
en que él está
con nosotros
en cualquier
situación.
m
e
n
s
a
j
e