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inteligentes que todos los magos y
hechiceros de su reino» (vers. 19, 20).
Escoger lo que debía comer puede no
parecer la batallamás importante para un
prisionero en un país pagano. Pero esos
muchachos habían prometido adorar a Dios y
eso abarcaba todos los aspectos de sus vidas.
Ellos habían prometido glorificar a Dios en
todo lo que hicieran. Eso incluía cuidar de la
salud que él les había otorgado y seguir las
pautas que les había dado para hacerlo.
Todos tomamos decisiones diariamente.
No importa cuán jóvenes seamos. Podemos
adorar a Dios por los dones que nos da y
cuidar de ellos de la manera en que él nos
enseña.
Así como Daniel, podemos glorificar a
Dios en todo lo que hacemos, ya sea comer,
beber, hacer deporte, dormir, confiar o
respirar aire puro. Todo lo que hacemos
puede ser un acto de adoración a nuestro
Creador.