Lecturas recomendables
13 de abril de 2019
Domingo 7 de abril
MI OPINIÓN
Encontramos a un amigo con un libro y le preguntamos: «¿Qué estás
leyendo?».
Nuestro amigo responde: «¡Es un gran libro! Se trata de una persona que
regresa de los muertos como zombi, y va de casa en casa cuando la gente
duerme y los mata atravesándoles el corazón con cuchillos de cocina. Una
chica narra la historia, pero ella está internada en un manicomio porque está
poseída por el diablo; así que no se sabe si los asesinatos que cometió el zombi
son reales o si está imaginándose todo en medio de su locura. ¡Es un libro
súper emocionante! ¿Quieres que te lo preste cuando termine de leerlo?».
¿Qué decimos? ¿Nos gustaría realmente leer este libro? ¿Nos ayudará en
nuestro crecimiento cristiano? ¿Estamos convencidos de que lo que leemos es
importante? ¿Qué le diríamos a ese amigo?
Visitemos
http://RealTimeFaith.adventist.org(en inglés) y expresemos allí
nuestra respuesta. Seamos claros y honestos. Digamos lo que pensamos.
Lunes 8 de abril
¿QUÉ TRATAN DE DECIR?
Diferentes personas, diferentes opiniones. Algunos pensamientos abajo
representan los puntos de vista de sinceros ciudadanos del reino de Dios,
pero otros no. ¿Puedes distinguir entre unos y otros? ¿En qué se comparan
estos pensamientos con lo que Dios dice en su Palabra? Después de repasar
los textos de la sección «Dios dice...», escribe un párrafo que exprese tu
opinión. Preparémonos para exponer lo que hemos escrito en la Escuela
Sabática.
«Un clásico es algo que todo el mundo desea haber leído pero que nadie quiere
leer».
—
Mark Twain, autor estadounidense del siglo XIX
.
«Yo nunca leería un libro si pudiese conversar media hora con la persona que lo
escribió».
—
Woodrow Wilson (1856-1924), 28.° presidente de Estados Unidos.
«En el caso de los buenos libros, no se trata de cuántos libros hemos leído, sino de
cuánto hemos aprendido».
—
Mortimer Adler, filósofo estadounidense del siglo XX.
«Un hombre debe leer solo lo que lo motiva, porque lo que lee por obligación no
le hará mucho bien».
—
Samuel Johnson, escritor británico del siglo XVIII.
«Si el libro que estamos leyendo no nos despierta como un puño que nos golpea
en la cara, ¿para qué leerlo? […]. Un libro debe ser como un rompehielos que abre
el mar congelado dentro de nosotros».
—
Franz Kafka, escritor checo del siglo XX.
«Los lectores de novelas fomentan un mal que destruye la espiritualidad y eclipsa
la belleza de la página sagrada. La novela crea una excitación malsana, enardece
la imaginación, incapacita la mente para ser útil, separa al alma de la oración y la
descalifica para cualquier práctica espiritual».
—
Elena G. de White, escritora inspirada
del siglo XIX y pionera de la Iglesia Adventista.
ADICTA A LA FICCIÓN
(Esta es una ilustración y nada más. ¿Qué relación podría tener con las citas
bíblicas de la siguiente página?).
Lindsay y Dan se enamoraron y se casaron en la universidad. Después de su
graduación, ambos comenzaron a trabajar en un ministerio cristiano y tuvieron
dos niños. La vida parecía perfecta.
Pero sus trabajos les producían mucha presión, y en medio de esa presión a
Lindsay y Dan se les hacía difícil descansar y divertirse juntos como lo hacían en
el pasado. Dan se fue convirtiendo en un tipo más pasivo y serio. Lindsay
encontró una forma de aliviar su tensión leyendo novelas románticas.
Estas novelas eran el escape perfecto. Cuando Lindsay abría estos libros se
adentraba en un mundo de fantasía donde todas las mujeres eran hermosas y
adorables, los hombres atractivos y caballerosos, y en el que las historias
terminaban en besos y campanas de boda. Nada de niños ni de trabajos
estresantes. En las páginas de las novelas románticas jamás se producían
discusiones maritales.
Lindsay trabajaba por las mañanas. Durante las tardes, leía dos novelas
románticas antes de que los niños llegaran de la escuela (¡era una ávida lectora!).
Antes de acostarse leía otra. Parecía una vía de escape inofensiva y perfecta para
una vida sobrecargada y un matrimonio cada vez era más difícil y distante.
Sin embargo, pronto Lindsay descubrió que la lectura no era suficiente para
ella, así que comenzó a fantasear en su mente con un atractivo desconocido
como los que protagonizaban las novelas que leía. Él vendría a rescatarla de las
responsabilidades, de su familia y de Dan.
No pasó mucho hasta que Lindsay conoció a su galán de novela en carne y
hueso: un compañero de trabajo llamado Anthony, que la pretendía y la hacía
sentir muy bien. Surgió un romance: Lindsay abandonó a Dan y llevó a los niños a
vivir a casa de sus padres a fin de continuar su relación con Anthony.
Sin embargo, la relación llegó a su fin una vez que Anthony decidió arreglar
las cosas con su esposa, renunciando a su trabajo y mudándose a otra ciudad. El
romance de novela de Lindsay se había desvanecido. Entonces decidió regresar a
donde Dan para comenzar un lento y difícil proceso de recuperación de su
matrimonio, lo que no fue nada fácil, ya que no sentía ninguna clase de amor
romántico por él. Pero era su esposo y el padre de sus hijos, de manera que
comenzaron a asistir a terapia con un consejero matrimonial. Tuvieron sus
altibajos. Dos años después de la reconciliación, Lindsay casi se involucró en otra
aventura, pero gracias a que tanto ella como Dan pidieron la ayuda y la dirección
de Dios, el amor entre ellos comenzó a renacer.
Uno de los sacrificios que Lindsay tuvo que hacer a fin de rehacer su vida fue
abandonar definitivamente las novelas. También abandonó la música romántica y
los filmes. «Son tan peligrosas para mí como lo sería para un alcohólico ir a una
cantina», dice ella. No todas las mujeres que leen novelas románticas van a
terminar siendo infieles a su marido, pero Lindsay aprendió que para disfrutar del
amor verdadero, era necesario que abandonara su mundo de fantasía.
[Nota: La historia de Lindsay y Dan es verdadera, aunque hemos cambiado
los nombres. Lindsay narra su experiencia en la revista cristiana
Marriage
Partnership
, invierno de 2002].
Escribe tu propia cita
Yo digo que . . .
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Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día
Texto clave:
Escoge uno de los textos de la sección del miércoles.
Escríbelo aquí y apréndelo de memoria para esta semana.
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