¡Palabra de honor!
20 de abril de 2019
Domingo 14 de abril
MI OPINIÓN
¿Cuán a menudo estudiamos la Biblia para saber qué tiene Dios que decirnos?
o
A diario
o
Una vez a la semana
o
Una vez al mes
o
3-4 veces al año
o
Casi nunca
Visitemos
http://RealTimeFaith.adventist.org(en inglés) y expresemos allí
nuestra respuesta. Seamos claros y honestos. Digamos lo que pensamos.
Lunes 15 de abril
¿QUÉ TRATAN DE DECIR?
Diferentes personas, diferentes opiniones. Algunos pensamientos que siguen
representan los puntos de vista de sinceros ciudadanos del reino de Dios, pero
otros no. ¿Puedes distinguir entre unos y otros? ¿En qué se comparan estos
pensamientos con lo que Dios dice en su Palabra? Después de repasar los textos
de la sección «Dios dice...», escribe un párrafo que exprese tu opinión.
Preparémonos para exponer lo que hemos escrito en la Escuela Sabática.
«Si tenemos muchas palabras pero nada de espíritu, nos secamos; si tenemos
mucho espíritu pero nada de palabras, estallamos; pero si tenemos palabras y
espíritu, crecemos».
—
David Watson.
«La Biblia está viva, ella me habla. Tiene pies, me persigue. Tiene manos, se aferra
de mí».
—
Martín Lutero, líder reformista alemán del siglo XVI.
«Una Biblia que se cae en pedazos seguramente pertenece a alguien que no está en
esa condición».
—
Christian Johnson.
«Siempre me pregunto desde lo más profundo de mi ser qué está tratando de decirnos
Dios [a través de la Biblia]. Desde que aprendí a leer la Biblia de esa manera, esta se hace
más maravillosa cada día».
—
Dwight L. Moody, evangelista estadounidense del siglo XIX.
«La Biblia no nos fue dada para aumentar nuestro conocimiento, sino para cambiar
nuestras vidas».
—
Dwight L. Moody, evangelista estadounidense del siglo XIX.
«La Palabra de Dios es exigente. Nos exige un poco de tiempo diario —aunque sea
modesto— en el que ella sea nuestra única compañía […]. Dios no se conforma con
oraciones tipo telegrama o con que lo tratemos como a un visitante incómodo al
que atendemos por una rendija de la puerta para que se vaya lo más rápido
posible».
—
Helmut Thielicke, teólogo alemán del siglo XX.
«No hay ninguna cosa mejor para fortalecer la inteligencia que el estudio de las Santas
Escrituras. Ningún libro es tan potente para elevar los pensamientos, para dar vigor a las
facultades, como las grandes y ennoblecedoras verdades de la Biblia. Si se estudiara la
Palabra de Dios como es debido, los hombres tendrían una grandeza de espíritu, una
nobleza de carácter y una firmeza de propósito, que raramente pueden verse en estos
tiempos».
—
Elena G. de White, escritora inspirada del siglo XIX y pionera de la Iglesia Adventista.
LA BIBLIA DEL
BOUNTY
(Esta es una ilustración y nada más. ¿Qué relación podría tener con las citas
bíblicas de la siguiente página?).
William Bligh viajó al Pacífico sur en una misión para recolectar cierta
variedad de plantas. La tripulación que lo acompañaba se alistó voluntariamente
para el viaje sabiendo que estaban yendo a un lugar hermoso. Bligh nombró
como segundo de a bordo a su amigo Fletcher Christian. A estos hombres les
gustó tanto Tahití que no quisieron regresar. Varios de ellos trataron de
esconderse, pero fueron capturados y castigados con severidad. El drama de
sacar a estos hombres de ese paraíso tropical recargó la atmósfera de la nave,
llamada
Bounty
, al punto de que la tripulación se rebeló. En 1798, su propio
amigo Fletcher Christian lideró un motín que muchos años después se convirtió
en el tema central de libros y películas. Bligh y los que permanecieron fieles a él
fueron abandonados en un bote salvavidas para que sobrevivieran por sí solos.
Sin capitán, parecía que ahora la tripulación podría ser feliz. Sin embargo,
los que quedaron en el
Bounty
siguieron discutiendo sobre lo que tenían que
hacer y dónde debían ir. Fletcher Christian regresó a Tahití y secuestró a varias
mujeres y esclavos antes de que el grupo llegara a la isla Pitcairn. Allí, el
contingente de marineros se desintegró casi inmediatamente. Aprendieron a
destilar alcohol y, al poco tiempo, ya eran comunes los delitos como el
asesinato, las violaciones y el robo. No pasó mucho tiempo hasta que todos
murieron por asesinatos o enfermedades, excepto uno: Alexander Smith. Fue el
único que sobrevivió en una isla desierta con un grupo de mujeres y niños. ¿Qué
tiene que ver esta historia con la Biblia? Smith encontró una Biblia que había
sido dejada en el
Bounty
y se dedicó a estudiarla con detenimiento. Al hacerlo,
la Palabra de Dios se arraigó profundamente en su corazón. Comenzó a
compartir las buenas nuevas del Evangelio con los pobladores de su pequeña
comunidad. Gracias a este libro abandonado en algún lugar recóndito del barco,
aprendieron del amor de Dios. Veinte años después, cuando otro barco llegó a
la Isla Pitcairn, la tripulación encontró una comunidad cristiana feliz, sana y
pujante, sin ninguna de las características que identificaban a las personas
cuando llegaron por primera vez a ese lugar. Esta Biblia se exhibe actualmente
en la Isla Pitcairn como un testimonio del poder del mensaje de Dios para las
personas.
Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día
Escribe tu propio pensamiento
Yo digo que . . .
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Texto clave:
Escoge uno de los textos de la sección del miércoles.
Escríbelo aquí y apréndelo de memoria para esta semana.
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