Miércoles 22 de mayo
DIOS DICE. . .
Gálatas 3: 28
«Ya no importa el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer;
porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo»
Juan 13: 34, 35
«Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así
como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros.
Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son
discípulos míos».
Efesios 4: 5, 6
«Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; hay un solo Dios y Padre
de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos».
Efesios 4: 31, 32
«Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los
insultos y toda clase de maldad. Sean buenos y compasivos unos con otros,
y perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo».
Romanos 15: 1, 2
«Los que somos fuertes en la fe debemos aceptar como nuestras las
debilidades de los que son menos fuertes, y no buscar lo que a nosotros
mismos nos agrada. Todos nosotros debemos agradar a nuestro prójimo y
hacer las cosas para su bien y para la edificación mutua».
1 Corintios 3: 3
«Mientras haya entre ustedes envidias y discordias, es que todavía son
débiles y actúan con criterios puramente humanos».
2 Timoteo 2: 23, 24
«No hagas caso de discusiones que no tienen ton ni son; ya sabes que
terminan en peleas. Y un siervo del Señor no debe andar en peleas; al
contrario, debe ser bueno con todos. Debe ser apto para enseñar; debe
tener paciencia».
Salmo 133: 1
«¡Vean qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!».
(Versículos adicionales: 1 Corintios 12: 12-20, 27).
Viernes 24 de mayo
¿CÓMO FUNCIONA?
En la ilustración de la derecha colorea o encierra en un círculo la parte del cuerpo
que piensas representa mejor el papel que podemos jugar en la iglesia. Escribe en
las líneas que siguen por qué crees que esa parte nos representa y qué podemos
hacer para contribuir a la unión de la iglesia y para que esta se acerque más a Dios.
Martes 21 de mayo
¿Y ENTONCES?
La Biblia dice que todos los miembros de la iglesia de Dios deberían
trabajar de manera armoniosa como lo hacen las partes del cuerpo
humano. ¡Lamentablemente en nuestra iglesia los pies están discutiendo
con los ojos, los oídos insistiendo que ellos saben oler mejor que la nariz, y
la mano derecha no se lleva bien con la izquierda! No es fácil pertenecer a
una iglesia en la que hay tantas clases de personas diferentes.
Si queremos trabajar juntos debemos primero aceptar nuestras diferencias.
No todos pensamos o actuamos de la misma manera. Cuando entendemos
a las personas, podemos aceptarlas mejor.
Es probable que en nuestra iglesia haya personas de diferentes grupos
culturales y razas, e incluso personas de otros países que hablan idiomas
diferentes. Mientras más aprendemos de la cultura de otra persona, mejor
entendemos de dónde proviene. Algunos de nuestros desacuerdos no
serían tan grandes si procuráramos conocernos mejor. Lo mismo ocurre
con los miembros de menor y de mayor edad en la iglesia. Algunas
personas maduras parecen no entender lo que representa ser un
adolescente hoy en día. Por otro lado, quizá nosotros no nos damos cuenta
de lo diferentes que eran las cosas cuando ellos tenían nuestra edad, y de
cómo eso marcó la manera en que conciben el mundo. Si nos tomáramos
un tiempo para conversar con ellos y aprendiésemos de nuestras
diferencias, podríamos salvar numerosas brechas.
Jueves 23 de mayo
¿QUÉ TIENE
QUE VER CONMIGO?
Nosotros formamos parte de la iglesia; es decir, del cuerpo de Cristo (busquemos y
leamos 1 Corintios 12: 12-20, 27). Podemos ser un ojo que vea claramente lo que está
sucediendo. Podemos ser un oído que escuche atentamente ambos lados de la historia.
Podemos ser una mano que esté lista para ayudar de manera práctica. Podemos ser la
lengua, rápida para decir las palabras que todos necesitan escuchar.
Tenemos una parte que cumplir para ayudar a que la iglesia trabaje en armonía.
Podemos ubicar a alguien que sea nuevo en la iglesia y que aún no se ha asimilado al
cuerpo. Podemos tratar de entender a esa persona que realmente nos cae mal y
hacernos amigo de ella. Podemos responder al llamado de colaborar en algún proyecto.
Ser cristianos tiene que ver con la relación que tenemos con Dios, que es una relación
personal. Cuando nos unimos al reino de Dios, nos integramos a una familia. Acercarnos
a Dios es acercarnos al pueblo de Dios, aprender a entender a los demás, perdonar y
trabajar juntos.
LA IGLESIA, UNA FAMILIA /
Para el sábado 25 de mayo de 2019
Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día
¿POR QUÉ?
¿QUÉ PUEDO HACER?