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62 LECCIÓN SIETE

Experimentando la historia

Personajes:

Alguien que haga el papel de la

estatua, Daniel.

Invite a un adulto a representar

el papel de Daniel. Cuelgue una

sábana detrás de él. Pida a alguien

que se pare detrás de la sábana con los brazos

cruzados. Cuando Daniel «hable» acerca del sueño,

alumbre la sábana desde atrás para que aparezca

una «imagen». Pida a alguien que lance una pelota

desde atrás de la sábana directamente a los pies de

la «estatua» cuando Daniel hable acerca de la piedra

que destroza los pies de la estatua.

Relate la historia

Buenos días, amigos. Bienvenidos a Babilonia.

Me llamo Daniel. El rey Nabucodonosor conquistó

mi ciudad, Jerusalén, y tomó muchos cautivos. Mis

tres amigos y yo estábamos entre ellos. Los cuatro

nos propusimos y le prometimos a Dios que

serviríamos primero a Dios y luego al rey. Dios nos

bendijo. Al final de los tres años aquí en Babilonia,

el rey mismo nos hizo preguntas y pasamos las

pruebas sin ninguna dificultad.

El rey Nabucodonosor y los babilonios no

adoran al verdadero Dios. Adoran ídolos hechos de

madera y piedra. Creen que sus sueños son

mensajes enviados por sus dioses. Es verdad, Dios

habla al hombre a través de sueños, pero no todos

los sueños vienen de Dios.

Hace unas semanas, el rey Nabucodonosor tuvo

un sueño. Cuando despertó por la mañana, estaba

muy turbado. Sabía que había soñado algo muy

importante; pero no lo podía recordar. El rey llamó

a sus consejeros para que se presentaran ante él y

les dijo:

—Anoche tuve un sueño muy importante.

Díganme lo que significa.

Escuché que todos se quedaron mirándolo,

esperando que les dijera lo que había soñado.

Finalmente alguien le dijo:

—Relátanos el sueño y entonces te diremos lo

que quiere decir.

El rey Nabucodonosor se enojó mucho y les

gritó:

—Si ustedes fueran realmente los hombres más

sabios de Babilonia, sabrían lo que he soñado.

Si no hubiera estado tan enojado, se habría

dado cuenta de cuán irrazonable era su petición.

Pero se enojó tanto, que ordenó que les quitaran la

vida a todos los sabios del reino.

Recién me enteré del asunto cuando Arioc, el

capitán de la guardia, vino a arrestarme. Él me dijo

lo que había pasado. Yo sabía que Dios me había

ayudado antes y estaba seguro de que me iba a

ayudar otra vez. Conocía bien a Arioc, así que le

pedí que me llevara delante del rey y él hizo los

arreglos.

Nabucodonosor estaba todavía muy enojado,

pero estuvo dispuesto a darme un tiempo para

saber lo que había soñado y decirle el significado.

Me dirigí apresuradamente a la casa y se lo

conté a Ananías, Misael y Azarías. Ellos oraron

juntamente conmigo toda la noche.

Mientras orábamos, Dios me dio una visión. Me

mostró el sueño del rey y también su significado.

[Encienda la luz detrás de la sábana.]

A la mañana siguiente me apresuré a ir al

palacio de Nabucodonosor a decirle al rey lo que

había visto: una enorme estatua con una cabeza de

oro

[señale hacia la cabeza],

pecho de plata

[señale

hacia el pecho],

muslos de bronce

[señale hacia los

muslos]

, piernas de hierro

[señale hacia las piernas]

y

pies

[señale hacia los pies]

de hierro mezclado con

barro. Mientras el rey estaba contemplando la

estatua, una gran piedra caía del cielo y destruía la

estatua.

[De detrás de la sábana lance una pelota a los

pies de la «estatua». La estatua se cae].

Luego le expliqué el significado del sueño al rey

Nabucodonosor. Su sueño era una predicción del

Necesita:

• sábana

• lámpara

• pelota

2

Lección bíblica