LECC I ÓN OCHO
66 LECCIÓN OCHO
Referencias:
Daniel 4;
Profetas y reyes
,
cap. 42.
Versículo para
memorizar:
«Su conversación debe
ser siempre agradable y
de buen gusto, y deben
saber también cómo
contestar a cada uno»
(Colosenses 4: 6).
Objetivos:
Los alumnos...
Sabrán
que el servicio
a Dios presenta
emocionantes desafíos.
Sentirán
el deseo de
servir a Dios sin
importar las
consecuencias.
Responderán
eligiendo
servir a Dios en
circunstancias
desafiantes.
Mensaje:
Puedo servir a Dios
dondequiera
que me encuentre.
Comiendo hierba
Tema del mes
Servimos a Dios dondequiera que estamos.
Resumen de la lección
Uno de los temas del libro de Daniel es lo que Dios hizo para
salvar a Nabucodonosor, rey de Babilonia. Dios le dio a Daniel
entendimiento acerca del futuro a través de sueños. También le
habló al rey a través de la fidelidad de Daniel y sus tres amigos.
Debido a que Nabucodonosor no quiso escuchar, Dios le dijo, a
través de un sueño, que sería quitado de su palacio durante siete
años y viviría en el campo entre los animales. Daniel le dio esta
terrible noticia al rey porque aprendió que era siempre mejor ser fiel
a Dios aunque con ello no fuera popular.
Esta lección trata sobre el servicio
Daniel enfrentó muchos emocionantes desafíos en su vida.
Aprendió desde muy temprano que la mayor felicidad en la vida
viene de servir a Dios, aun cuando eso nos haga impopulares entre
quienes nos rodean.
Para el maestro
«El profeta comprendía que Dios le imponía el deber de revelar a
Nabucodonosor el castigo que iba a caer sobre él por causa de su
orgullo y arrogancia. Daniel debía interpretar el sueño en un
lenguaje que el rey pudiera comprender; y aunque su terrible
significado lo había hecho vacilar en mudo asombro, sabía que debía
declarar la verdad, cualesquiera que fueran las consecuencias para sí
mismo» (
Profetas y reyes
, cap. 42, p. 345).
«El juicio de Dios se demoró durante meses; pero en vez de ser
inducido al arrepentimiento por esta paciencia divina, el rey alentó
su orgullo hasta perder confianza en la interpretación del sueño, y
burlarse de sus temores anteriores.
»Un año después de haber recibido la advertencia, mientras
Nabucodonosor andaba en su palacio y pensaba con orgullo en su
poder como gobernante y en sus éxitos como constructor, exclamó:
“¿No es esta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la
fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?”
»Aún estaba en los labios del rey la jactanciosa pregunta, cuando
una voz del cielo anunció que había llegado el tiempo señalado»
(
ibíd.
, pp. 346, 347).
Decoración del salón
Ver la lección n
o
5.