Mensaje:
Jesús me da alegría y esperanza.
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supieron que no había sido un sueño. Todavía
podían escuchar el eco del canto de los ángeles
resonando en las colinas cercanas. En el cielo
brillaba ahora una estrella sobre Belén. Una nueva
estrella, más brillante que cualquiera que hubieran
visto antes.
Los pastores estaban llenos de gozo. ¡Tenían que
ir a Belén! ¡Tenían que ver a ese niño que los
ángeles les habían anunciado!
Los pastores se apresuraron a bajar por las
colinas rumbo a Belén. Les contaban
entusiasmados las buenas nuevas a todos los que
encontraban: «¡Ha nacido el Salvador! ¡Ha nacido el
Salvador!»
Finalmente llegaron al establo.
Al asomarse, vieron asnos,
camellos, una vaca y algunas
gallinas. Luego vieron al bebé
acostado en un pesebre.
María estaba cerca de él. Se
acercaron silenciosamente, se
arrodillaron junto al pesebre
y adoraron al bebé. Y María
guardaba todas estas cosas
en su corazón.
Los ángeles fueron los
primeros en dar a conocer
a otros las buenas nuevas
del nacimiento de Jesús.
Dios quiere que también
nosotros demos
a conocer esas buenas
nuevas. Son
buenas nuevas que
todos necesitan
escuchar aun cuando
hayan sucedido mucho
tiempo atrás. Así como los ángeles alabaron a Dios,
también nosotros debemos estar agradecidos por
el regalo de Navidad más grande de todos, el
nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios, el Prometido
del cielo.
¿A quién le vas a dar a conocer hoy las buenas
nuevas sobre Jesús?
Versículo
para memorizar
«¡Gloria a Dios en las
alturas! ¡Paz en la
tierra entre los
hombres que gozan
de su favor!»
(Lucas 2: 14).