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Mensaje:

Dios puede guiar nuestras vidas así como

guio a los sabios y a los padres de Jesús.

ellos se enteró de que el profeta Miqueas había

dicho que un niño habría de nacer en Belén.

Herodes habló con los magos y los envió

a Belén. Les dijo:

—Cuando encuentren al niño, regresen a

decirme dónde está. Yo también quiero ir

a adorarlo.

Pero el rey Herodes estaba mintiendo. Él no

deseaba un rey judío. ¡Quería matar a Jesús!

Así que estos hombres sabios viajaron a Belén.

Allí encontraron a María, José y el bebé Jesús.

Aquellos magos no eran judíos, pero reconocían

que Jesús era aquel que Dios había prometido.

Entonces se arrodillaron y lo adoraron. También le

entregaron sus regalos. Pero antes de que se fueran

de Belén, Dios les habló mediante otro sueño. «No

regresen a ver a Herodes. Vuelvan a casa por un

camino diferente», les advirtió.

Días más tarde, Herodes se dio cuenta de que

los magos no iban a regresar a Jerusalén y se

enojó en gran manera. ¡Tenía qué encontrar a

ese niño! Entonces ordenó que mataran a todos

los bebés de Belén que tuvieran menos de dos

años.

Pero Dios estaba protegiéndolo y le dijo a

José en un sueño: «¡Levántate! Toma al niño y a

su madre y escapa a Egipto. Herodes va a buscar al

niño para matarlo. Quédense en Egipto hasta que

les diga que pueden regresar» (Mateo 2: 13).

La pequeña familia salió inmediatamente en las

sombras de la noche. Usaron los regalos que les

habían dado los magos de Oriente para suplir sus

necesidades durante ese tiempo. Egipto fue su

hogar hasta que murió Herodes. Entonces Dios

envió un ángel a decirle a José que ya era seguro

regresar a su tierra.

Al principio José pensaba en regresar a Belén,

pero Dios lo envió a otra parte. Se fueron a vivir a

Nazaret, donde antes había vivido José. Allí creció

Jesús.

De la misma manera como protegió a Jesús

cuando era un bebé, Dios continuó velando por él

y su familia. Durante casi treinta años Jesús vivió

pacíficamente en Nazaret.

Dios también te ama a ti y a tu familia. Y vela

por ti cada día. Puedes mirar con confianza hacia el

futuro, porque Dios te ama y cuida también de ti.

Versículo

para memorizar

«Por lo tanto, mi Dios

les dará a ustedes

todo lo que les falte,

conforme a las

gloriosas riquezas

que tiene en

Cristo Jesús»

(Filipenses 4: 19).

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