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¿Qué declaración describe mejor tu actitud cuando tienes que esperar demasiado por algo?

_____ Me frustro y me molesto, y todo el mundo se da cuenta.

_____ Me molesto, pero mantengo el enojo oculto y me estresó demasiado.

_____ En verdad, no me importa.

_____ Me emociona porque sé que vale la pena esperar.

_____ Trato de cambiar la situación para ver si puedo acelerar el proceso.

_____ Pierdo el interés y sigo con otra cosa.

ué opinas?

«Después de esto, David consultó al Señor y le dijo: “¿Debo ir a alguna de las ciu-

dades de Judá?”. El Señor le contestó: “Sí, debes ir”. Entonces David preguntó: “¿A

dónde debo ir?”. Y el Señor respondió: “A Hebrón”. David fue allá con sus dos muje-

res: Ahinoam, la del pueblo de Jezreel, y Abigail, la viuda de Nabal, el de Carmel.

También se llevó a sus compañeros, con sus respectivas familias, y se establecieron en

las ciudades de Hebrón. Llegaron después los hombres de Judá, y consagraron allí a

David como rey de Judá».

«La guerra entre la casa de Saúl y la casa de David fue larga, pero mientras que la de

David iba haciéndose más y más fuerte, la de Saúl se iba debilitando. […] Más tarde

Abner habló con los ancianos de Israel, y les dijo: “Ya hace tiempo que ustedes andan

buscando que David sea su rey. Pues bien, ha llegado el momento de actuar, porque el

Señor ha prometido a David, su siervo, que por medio de él librará a Israel, su nación, del

dominio de los filisteos y del poder de todos sus enemigos”. Abner habló también con la

gente de Benjamín, y después fue a Hebrón para comunicarle a David el parecer de Israel

y de toda la tribu de Benjamín. Llegó con veinte hombres a Hebrón, donde estaba Da-

vid, y David hizo un banquete para él y los que le acompañaban. Luego Abner le dijo a

David: “Ahora debo irme para reunir a todo Israel, para que hagan un pacto con su ma-

jestad, y que así su majestad reine conforme a sus deseos”. Y David despidió a Abner, el

cual se fue tranquilamente».

«Más tarde, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón para hablar con David, y le

dijeron: “Nosotros somos de tu misma sangre, y en realidad, aunque Saúl era nuestro rey,

tú eras el que verdaderamente dirigía a Israel en sus campañas. Además, el Señor te ha

prometido que tú serás quien dirija y gobierne a Israel”. De esta manera, todos los ancia-

nos de Israel fueron y hablaron con el rey David en Hebrón, y él hizo un pacto con ellos,

poniendo al Señor por testigo. Entonces ellos consagraron a David como rey de Israel»

(2 Samuel 2: 1-4; 3: 1, 17-21; 5: 1-3).

DENTIFÍCATE CON LA HISTORIA

¿Qué significaba

ser rey en los

tiempos bíblicos? Un rey era

mucho más que la cabeza del

Estado. Aunque un rey en el

mundo antiguo generalmente

tenía sus consejeros y asesores,

no estaba obligado a seguir sus

consejos. Se consideraba que

todo lo que había en la nación

era propiedad del rey—inclu-

yendo a la gente—, y el rey

tenía libertad de usar la tierra,

sus recursos y su pueblo según

su deseo.

La idea de tener un rey era

nueva para el pueblo. El papel

de rey puso mucho poder en

las manos de un solo hombre.

No se lo podía apartar del

puesto por votos, sino solo por

la muerte. Cuando David fue

coronado rey, el pueblo de Is-

rael esperaba tener a un rey

que los gobernara con justicia

y que siguiera las leyes deDios,

en vez de uno que abusara de

su poder e hiciera sufrir pue-

blo.

¿

L

o sabías?

LECCIÓN 10 / JÓVENES