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Experimentando la historia

Asegúrese de que su «jaula

de leones» es suficientemente

grande para que todos los

niños se sienten dentro (ver

decoración del salón). Haga

un espacio para una ventana

donde los niños puedan

sentarse, o pegue un dibujo

de una ventana en la pared y

que los niños se sienten cerca.

Con anticipación rasgue

las servilletas a lo largo en

tiras. Únalas en uno de los

extremos con un cordón, una

liga o un clip para papel.

Haga una para cada niño.

Esas serán las melenas de los leones. Para usarlas,

coloque la orilla de la servilleta que está junta en la

palma de su mano y esparza las tiras hacia atrás

como «cabello». Coloque la otra mano sobre la mano

que tiene las tiras de servilleta. Sus

dedos serán los dientes de los

leones. Abra y cierre sus manos

para abrir y cerrar la boca del

león. Haga una demostración para

que los niños puedan entender

cómo usar la melena del león.

Relate la historia

Daniel era uno de los consejeros más

importantes del rey Darío. Algunos de los otros

consejeros o príncipes no querían a Daniel. Ellos

murmuraban secretamente

[cuchichee]

:

—Vamos a vigilarlo cuidadosamente para pescarlo

en problemas. Lo atraparemos haciendo algo malo.

Ellos observaban y espiaban a Daniel.

Vigilaban a Daniel en su casa; lo vigilaban en el

trabajo; pero nunca pudieron descubrirlo

haciendo algo que estuviera mal.

—Tengo un nuevo plan —anunció uno de los

príncipes.

Se reunieron en secreto, conversaron, y luego

fueron a ver al rey.

Vamos a acercarnos al lugar del trono

[muévase con los niños hasta el trono]

.

—¡Rey Darío, para siempre vive! —dijeron los

príncipes, inclinándose

[inclinarse].

Pensamos que

sería una buena idea que hagas una nueva

ley. Que esa ley diga que en los próximos

30 días, las personas de tu reino solamente

puedan orar a ti.

Los príncipes continuaron diciendo que si

alguien desobedecía la ley, debería ser echado en

el foso de los leones.

El rey Darío sonrió. Le gustaba tener gente

que se inclinara ante él. Esta ley parecía una

buena idea. Así que dijo:

—Escríbanla por favor. Será una ley, y

nuestras leyes no pueden ser cambiadas.

Cuando los príncipes salieron del palacio, se

estaban riendo.

—Ahora sí podemos cazar a Daniel. ¡Él nunca

orará a nadie sino solo a su Dios!

Ellos conocían muy bien a Daniel. Sabían que

desobedecería al rey. Sabían que permanecería

orando a su Dios.

¿A dónde creen que fueron después que

salieron del palacio? Por supuesto, a la casa de

Daniel.

[Vayan a una ventana o el dibujo de una

ventana.]

Cuando Daniel llegó a casa, hizo lo que

siempre hacía. ¿Puede alguno demostrarme lo

que él hacía?

[Que los niños se arrodillen frente a

la ventana.]

La Biblia dice

[abra la Biblia y lea]

:

«Daniel se arrodilló para orar y alabar a Dios»

(Daniel 6: 10).

Por supuesto que los príncipes encontraron a

Daniel orando a su Dios. Todos regresaron

corriendo al palacio y le dijeron al rey

[regrese al

lugar del trono]

:

—Daniel no ha prestado atención a tu ley.

Continúa orando a su Dios.

Cuando el rey escuchó esto, se enojó mucho.

Ahora se daba cuenta de que le habían pedido

que hiciera esa ley para poder deshacerse de

Daniel. Sin embargo el rey había firmado la ley y

debía obedecerla. No se podía cambiar. Tenía

que poner a Daniel en el foso de los leones.

El rey Darío estaba muy triste mientras

caminaba con Daniel hacia el foso de los leones.

Él sabía que había sido engañado. Le agradaba

Daniel y no quería hacerle daño. Y antes que

Daniel fuera puesto en el foso de los leones, el rey

le dijo:

—¡Que tu Dios, a quien sirves con tanta

fidelidad, te salve!

LECCIÓN 8

68

LECCIÓN BÍBLICA

2

Necesita:

q

servilletas de

papel color

amarillo o

marrón

q

pasador, banda

elástica o clips

para papel

q

dibujo de una

ventana

(opcional)

q

Biblia