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a
SEMANA
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inTerioriza
Una coalición de criticones
¿P
or qué había quienes se oponían a Nehemías? Porque un rasgo de la natu-
raleza humana pecaminosa es que el progreso y la prosperidad de los demás
puede representar una amenaza para los intereses personales. En el caso de Ne-
hemías, se presentaba claramente un problema geopolítico: una Jerusalén estable
estaría ubicada entre las ciudades estado de la zona del Tigris y el Éufrates y la
economía egipcia centrada en el Nilo; esto le garantizaría al pueblo de Dios un
buen futuro comercial y una exitosa y segura ubicación, pero minimizaría el papel
de Samaria en la región, teniendo repercusiones para sus aliados.
La inseguridad generalmente lleva a pensar que «lo que beneficia a mi adver-
sario me amenaza a mí». ¿Has conocido a gente que piensa así? ¿O tal vez tú
mismo piensas de esa forma? Al enterarse de que otra persona ha recibido una
promoción, un premio o el reconocimiento de los demás, uno puede sentirse tan
inseguro que desprecie al otro, o lo trate con sarcasmo, burla o insulto. O puede
adoptar una actitud pasivo-agresiva, y albergar celos y pensamientos tóxicos. El
problema de fondo es que el ego está buscando la manera de mantenerse inflado
a expensas de desinflar a otro.
La Escritura dice que Sambalat «se indignó y, enfurecido, comenzó a burlarse
de los judíos» (Neh. 4: 1). En lugar de dirigirse a Nehemías, expresó su burla donde
no era escuchado por aquel. El ejército samaritano tradicional estaba tan preocu-
pado por su futuro que sus jefes se burlaron de Jerusalén a espaldas de ella. Tan
intensas fueron sus burlas que las Escrituras también registran las declaraciones
frívolas de Tobías, el compañero de fechorías de Sambalat: «Para colmo, miren el
muro que están construyendo: ¡hasta una zorra lo puede echar abajo, si se sube
en él!» (vers. 3).
Como vemos en el versículo 2, los insultos se dividen en varias categorías:
«¿Qué se creen estos judíos muertos de hambre?» (burlas acerca de la identidad
y la cultura). «¿Piensan que se les va a permitir ofrecer sacrificios otra vez?» (burlas
acerca de la religión y las convicciones). «¿O es que podrán terminar el trabajo en
un día?» (burlas respecto a su experiencia). «¿O es que de los montones de es-
combros van a sacar nuevas las piedras que se quemaron?» (burlas en cuanto a su
conocimiento y educación). «¡Hasta una zorra lo puede echar todo abajo!» (burlas
respecto a la calidad del trabajo).
Por desgracia lo común y corriente, humanamente hablando, es que los co-
mentarios burlescos y despectivos se propaguen rápido, y en este caso para al-
canzar la resonancia deseada por Sambalat. Las Escrituras no dejan claro quién
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