Q
uinta
semana
:
Nehemías 4: 1-6
Ante la oposición
externa: orar
5
a
SEMANA
1
inTro
La tercera ley de Newton
E
xiste una ley de la Física que es incontrovertible: la tercera ley de Newton,
también conocida como principio de acción y reacción. Según esta ley, «para
cada acción, existe una reacción igual y opuesta». En el terreno de lo espiritual
también se aplica: siempre que haya un movimiento hacia delante, existirá una
fuerza que se le opondrá. En cuanto al liderazgo, todo proyecto enfrentará opo-
sición antes de que tenga éxito.
Mientras el pueblo de Dios aparece apoyando a Nehemías en el capítulo 2 y
uniéndose para reconstruir la muralla en el capítulo 3, en el 4 se nos presenta lo
que estaban haciendo los enemigos de Dios. El Señor no era el único que estaba
actuando, también lo hacían sus enemigos. Se había estado formando una coali-
ción en contra de las iniciativas de Nehemías, que estaba formada por Sambalat,
el gobernador de Samaria (al norte), Tobías el amonita (al este), Gesem el rey
árabe (una región al sur) y los habitantes de Asdod (al oeste de Israel). Estos cuatro
enemigos no podían guerrear abiertamente en contra de Jerusalén debido a que
Nehemías estaba bajo la protección del rey; sin embargo, emplearon la ridiculiza-
ción (ver Neh. 4: 1-3), la violencia (vers. 7-8) y la desmoralización (vers. 11-12).
Esta semana vamos a ver la respuesta bíblica a las manifestaciones externas
de oposición: la oración. Suena como una respuesta simplona, pero en realidad es
el mejor recurso para vencer cualquier desafío. Nehemías recurrió a la oración en
lugar de dejarse llevar por sus emociones. Así que no manifestó su frustración a
los demás, sino que abrió su corazón al Señor primero y después reconsideró la
situación. Eso permitió a todo el mundo manifestar confianza en su dirigente e
imitar el dominio propio y la determinación de Nehemías.
Aunque Nehemías pudo haber sentido la tentación de desanimarse, decidió
hablar con Dios. En lugar de centrarse en sí mismo como líder que era, reclamó las
promesas de Dios y declaró que el proyecto era del Señor. Por lo tanto, siguió
concentrándose en la tarea asignada. Aunque para cada acción existe una reac-
ción igual y opuesta, la oración es el verdadero medio para superar cualquier tipo
de fricciones.
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