137
11
a
SEMANA
6
imPlícate
Nuestra necesidad más urgente
«L
a mayor y más urgente de todas nuestras necesidades es la de un reaviva-
miento de la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera ser lo primero
que debiéramos hacer. Debe haber esfuerzos fervientes para obtener las bendicio-
nes del Señor, no porque Dios no esté dispuesto a conferirnos sus bendiciones, sino
porque no estamos preparados para recibirlas. Nuestro Padre celestial está más
dispuesto a dar su Espíritu Santo a los que se lo piden que los padres terrenales a
dar buenas dádivas a sus hijos. Sin embargo, mediante la confesión, la humillación,
el arrepentimiento y la oración ferviente nos corresponde cumplir con las condi-
ciones en virtud de las cuales ha prometido Dios concedernos su bendición. Solo
en respuesta a la oración debe esperarse un reavivamiento. […]
»Hay personas en la iglesia que no están convertidas y que no se unirán a la
oración ferviente y eficaz. Debemos hacer la obra individualmente. Debemos orar
más y hablar menos. Abunda la iniquidad, y debe enseñarse a la gente que no se
satisfaga con una forma de piedad sin espíritu ni poder. Si somos asiduos en el es-
cudriñamiento de nuestro corazón, si nos liberamos de nuestros pecados y dejamos
de lado nuestras malas tendencias, nuestras almas no se elevarán a la vanidad, des-
confiaremos de nosotros mismos al comprender siempre que nuestra suficiencia es
de Dios.
»Tenemos mucho más que temer de enemigos internos que de externos. Los
impedimentos para el vigor y el éxito provienen mucho más de la iglesia misma que
del mundo.
»Los incrédulos tienen derecho a esperar que los que profesan ser observadores
de los mandamientos de Dios y de la fe de Jesús hagan más que cualesquiera otros
para promover y honrar la causa que representan por su vida consecuente, su ejem-
plo piadoso y su activa influencia. ¡Pero con cuánta frecuencia los profesos defen-
sores de la verdad han demostrado ser los mayores obstáculos para su adelanto!
»La incredulidad fomentada, las dudas expresadas, las tinieblas abrigadas, ani-
man la presencia de los malos ángeles y despejan el camino para los planes de Sa-
tanás».—
E
lena
G.
de
W
hite
,
Mensajes selectos,
t. 1, cap. 16, p. 142.
Después de haber analizado el pasaje de esta semana y de haber repasado el
versículo destacado que has aprendido de memoria:
ü
¿Qué aplicaciones personales te sientes motivado a realizar en tu vida?
ü
¿Qué aplicaciones prácticas consideras que deberías implementar en tu escue-
la, tu lugar de trabajo, tu familia o tu iglesia?
ü
¿Cómo aplicarías a tu vida el versículo que has memorizado?