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a
SEMANA
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inTerioriza
Una oración para recordar
L
a oración comienza alabando el nombre de Dios (ver Neh. 9: 5). Luego conti-
núa repasando la historia de los israelitas. Génesis y el relato de la creación se
encuentran en el versículo 6. Abraham, el padre fundador del pacto, es mencio-
nado en los versículos 7 y 8. Luego pasamos al libro de Éxodo: en los versículos 9
al 17 se hace referencia a Moisés y a los mandamientos. Las experiencias en el
desierto son señaladas desde el versículo 18 hasta el 21. La conquista de Canaán
se describe en los versículos 22 al 25, etcétera.
A primera vista, uno podría desear saltarse este capítulo, pensando que es una
sinopsis de todo el Antiguo Testamento. En cierto modo lo es; pero en todo ello
hay un ejercicio más profundo. Una teología de la historia de la salvación se está
desarrollando dentro de la plegaria.
La memoria es una herramienta poderosa; puede moldearnos más de lo que
solemos darnos cuenta. Si bien es posible que no pensemos a diario en recuerdos
pasados de manera intencional, ellos dan forma a nuestro sistema operativo sub-
consciente. Ese sistema afectará a la forma en que interactuamos con los demás;
determinará nuestra respuesta emocional ante diversas situaciones; moldeará los
hábitos que desarrollemos de forma natural y los comportamientos que rechace-
mos en los demás y en nosotros mismos. Estos recuerdos, ya sean buenos o ma-
los, a menudo se encuentran ocultos en lo más recóndito de nuestra mente. Ac-
ceder a ellos es una forma de vivificar y fortalecer nuestras identidades, valores e
incluso capacidades espirituales para ejercer y practicar la fe, la esperanza y
el amor.
Si bien lo anterior puede ocurrir a nivel personal, como le sucedió a Nehemías
en el capítulo 1, puede vivirse también como una experiencia colectiva. Así como
Dios obra en la vida de los individuos, también lo hace en el seno de los grupos
humanos. Aquella plegaria establece que Dios hizo todas las cosas que son bue-
nas, que llamó a Abraham a causa de su bondad, que llamó a un pueblo a salir de
la esclavitud, que los protegió y les concedió grandes bendiciones. El tema clara-
mente predominante es que Dios es en gran manera bueno.
El pueblo pudo avanzar con fe, confiando en que la infinita bondad de Dios
nunca ha disminuido, y en que siempre actúa basado en ella. Es en el ejercicio de
una reflexión donde surgen profundas percepciones y revelaciones respecto a
uno mismo y respecto a Dios. Eso nos beneficia no solo en la contemplación
pasada o en la satisfacción presente, sino también en la seguridad futura y en la
confianza que genera la fe.
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