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Lección 2 | Domingo 6 de octubre
NEHEMÍAS RECIBE MALAS NOTICIAS
El libro de Nehemías se inicia casi de la misma manera que el libro de
Daniel (lee Dan. 1:1, 2), y es conmalas noticias. Sí, muchos habían regresado
a su patria ancestral, pero las cosas no les iban muy bien allí.
LeeNehemías 1:1 al 4. ¿Por qué estaba tanpreocupadoNehemías? ¿Cuál
fue su respuesta a las malas noticias que recibió?
Algunos judíos capturados años antes fueron llevados a Susa, uno de
los cuatro centros administrativos del Imperio Persa, donde Nehemías
trabajaba en el palacio real como copero. El término usado para “Hanani,
uno de mis hermanos” probablemente se refiera a un hermano de sangre,
porque hay una referencia similar peromás familiar aHanani enNehemías
7:2, aunque podría ser una referencia a un compatriota israelita. La conver-
sación con Hanani probablemente ocurrió entre mediados de noviembre y
mediados de diciembre de 445 a.C., unos trece años después del regreso de
Esdras a Jerusalén. Hanani informó que la situación en Jerusalén era grave.
El pueblo no había podido reconstruir Jerusalén, y el enemigo destruyó los
muros de la ciudad, dejándola indefensa y desolada.
Nehemías había escuchado rumores de que los samaritanos destruyeron
los muros de la ciudad, pero no tenía respuestas definitivas hasta este mo-
mento. En consecuencia, el mismo rey Artajerjes aplastó las esperanzas de
los repatriados al detener el progreso de la construcción después de que la
gente del otro lado del río se quejara (Esd. 4).
A pesar de que el Templo fue reconstruido, no estaba funcionando en
forma plena porque la gente necesaria para el servicio del Templo no podía
vivir en Jerusalén. La situación entristeció aNehemías cuando las repercu-
siones de las noticias penetraron en su alma: los judíos no habían glorificado
a Dios aun cuando habían regresado con ese propósito. Habían descuidado
la casa de Dios y la Ciudad Santa, debido a su temor al enemigo y la opresión.
Por ende, Nehemías acudió automáticamente a Dios. Él no se quejó por
la falta de fe del pueblo de Judá ni lo criticó como cobarde, ni aceptó la si-
tuación como un
statu quo
. Nehemías simplemente se arrodilló y comenzó
a orar y ayunar.
Ante estas malas noticias, Nehemías lloró, ayunó y oró. ¿Qué debería decirnos esto,
especialmente en tiempos de prueba, sobre cómo debemos recurrir al Señor?