Material auxiliar para el maestro //
Lección 13
bien en aprender de ellos e incluso adquirir sus hábitos siguiendo el ejemplo
de ellos. Los buenos principios de vida que cultivaron son dignos de imitar. Lo
que marca la diferencia es la rutina diaria, no las grandes cosas que hacemos
de tanto en tanto. Entonces, ¿cuál era la rutina diaria de Esdras y de Nehemías?
¿Qué podemos decir acerca de sus hábitos diarios a partir de las historias que
se registran sobre ellos?
Esdras: el líder espiritual
Aunque Esdras demostró muchas cualidades de liderazgo, quizá lo que más
lo distinguió hayan sido dos hábitos: (1) el estudio riguroso de las Escrituras y (2)
la oración ferviente y el ayuno. Esdras parece haber desarrollado estos hábitos
de joven y nunca se apartó de ellos. Se lo describe como un “escriba diligente en
la ley de Moisés” (Esd. 7:6). La palabra para “diligente” es
mahir
y representa a
alguien que es prolífico en su trabajo. Esdras estudió diligentemente en el mismo
sistema escolar que tuvieron Daniel y sus tres amigos en Jerusalén. Recibió la
mejor educación de la Tierra. El término
mahir
es muy específico y, por lo tanto,
es muy probable que Esdras trabajara como representante de la religión judía
ante el Gobierno persa. Era un hábil escriba de la Ley de Moisés, que se refiere a
las enseñanzas de la Torá hebrea (los cinco libros de Moisés) y las enseñanzas de
Dios en general, no solo los Diez Mandamientos, como solemos pensar cuando
escuchamos el término “la Ley”.
Sin embargo, Edras no era un escriba educado solo con capacitación bíblica.
También fue transformado por su conocimiento de la Ley. El conocimiento del
verdadero Dios viviente transformó su vida. Sabemos que fue así con Esdras
porque Esdras 7:10 dice: “Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley
de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos”.
La declaración de que “Esdras había preparado” (
kun
: establecer, fijar firme-
mente, arreglar) su corazón es fundamental. El corazón se refiere a la mente,
los pensamientos y las emociones. Por lo tanto, todo su ser estaba firmemente
establecido y dedicado a la Ley de Dios. La Ley de Dios es sinónimo de Dios, cuyo
carácter representa. Por lo tanto, Esdras había resuelto firmemente estudiar la
Palabra de Dios y estar abierto a su poder transformador. Por ende, se dedicó a
seguirla de todo corazón y luego a enseñarla a los demás. Esdras entendió que
su llamado específico en la vida era estudiar y enseñar la Palabra de Dios, sus
preceptos. Los hábitos de Esdras incluían aplicar a su vida personal el profundo
conocimiento obtenido de las Escrituras hebreas. Lo que leía lo ponía en práctica.
Era un discípulo de Jesús, que obedecía lo que Dios le mostraba.
El segundo hábito, orar y ayunar, también es claramente visible a través de
los relatos de liderazgo de Esdras. Cuando el pueblo se reunió en el río Ahava
(Esd. 8:15), antes de partir en su viaje a Jerusalén, Esdras pidió que toda la
asamblea ayunara. Sabía que necesitaban protección en el viaje porque podían
ser atacados por merodeadores en cualquier momento. También ayunó y oró
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