EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
RESEÑA
Texto clave: Nehemías 8:8, 12.
Enfoque del estudio: Esdras 7, 8; Nehemías 1-3; Nehemías 4:7-23;
Nehemías 5:14-19.
Esdras y Nehemías demuestran lo que significa ser un líder para Dios. Dios
los colocó en cargos influyentes (Esdras, como sacerdote; y Nehemías, como
gobernador), pero les correspondía a ellos ser responsables en el desempeño
de sus tareas. Ambos se tomaron en serio su trabajo, porque eran conscientes
del llamado de Dios, estaban comprometidos con él y amaban al pueblo de
Dios. Se dieron cuenta de que eran una influencia para las personas con las
que se encontraban. Usaron sus puestos para bien. Ante todo, demostraron
una pasión por Dios que era palpable. Los que estaban a su alrededor sabían
que amaban a Dios y que vivían para él con increíble dedicación. Esa lealtad
inspiró a la nación israelita a caminar con Dios en una relación más estrecha.
Esdras y Nehemías demostraron coraje. No temían hacer algo que los demás
evitaban hacer, como llevar a un grupo de exiliados a Jerusalén, donde sabían
que la vida sería difícil. También alentaron y empoderaron al pueblo, delegán-
dole responsabilidades en lugar de simplemente hacer todo por sí solos. Eran
líderes con un propósito: tenían una visión para que el pueblo de Israel fuera
restaurado y reavivado una vez más. Por lo tanto, estaban dispuestos a hacer
todo lo necesario para concretar este sueño. Los dos líderes también mostraron
humildad. Estaban dispuestos a servir al pueblo y no solo a ser servidos. Tam-
poco esperaban, ni deseaban, recibir mucho dinero por su trabajo. Su vida y su
liderazgo nos proporcionan principios para el liderazgo de servicio hoy. Lo más
importante es que desarrollaron y practicaron hábitos que nosotros podemos
aprender y aplicar en nuestra obra para Dios.
COMENTARIO
Las claves para ser un líder exitoso son los hábitos que desarrolla. Si un
líder cultiva un estilo de vida honesto, transparente, abierto y perseverante
al dedicar tiempo a la Palabra de Dios, leyendo y creciendo ampliamente a
través de la educación, tendrá una influencia espiritual mucho mayor sobre la
gente y el mundo que alguien que, en contraste, dedique tiempo a actividades
“vacías”; por ejemplo, matar el tiempo con charlas ociosas, ver televisión varias
horas por día o jugar videojuegos. Nuestra forma de pensar y aquello a lo que
prestamos especial atención determina nuestro comportamiento. Los hábitos
que desarrollamos y practicamos definen nuestro grado de influencia sobre los
demás y en qué medida Dios puede usarnos para hacer cosas.
Tanto Esdras como Nehemías desarrollaron hábitos de los que podemos
aprender. Si queremos ser líderes para tener un impacto en el mundo, haríamos
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