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94 LECCIÓN ONCE

Experimentando la historia

Personajes:

María, José, dueño de

la posada.

Pida a los tres

personajes principales

que representen las

partes que les

corresponden de la

historia mientras usted la

relata.

Forme dos grupos de

alumnos. Pida a un adulto que dirija cada grupo al

hacer lo que se les pide y muestre los letreros donde

están escritas las instrucciones. Antes de la clase,

prepare los siguientes letreros:

Grupo n

o

1-

camina en una dirección.

Grupo n

o

2- c

amina en dirección opuesta.

Grupo n

o

1-

se quejan unos de otros.

Grupo n

o

2-

se ríen.

Ambos grupos se sientan.

Los grupos se alternan para decir: «Lo siento, no

hay lugar. Busquen más adelante».

Los grupos hacen sonidos de animales: caballo,

cabra, cordero, vaca, gallina.

Relate la historia

Los caminos estaban repletos de viajeros. El

decreto de César Augusto de que todos tenían que

registrarse en la aldea donde habían nacido estaba

causando grandes aglomeraciones de tránsito.

Grandes caravanas de camellos y caballos hacían a un

lado a la gente pobre que caminaba o se turnaban

para montar el borrico de la familia.

[María y José

avanzan por el camino. El grupo n

o

1 camina en una

dirección. El grupo n

o

2 camina en dirección opuesta,

formando una multitud.]

Algunas personas se quejaban:

«Los romanos nos están haciendo registrar a fin de

poder forzarnos a pagar más impuestos al César. Es

verdaderamente ridículo que nos hagan regresar al

pueblo de donde es nuestra familia. ¿Por qué no nos

pueden registrar en el lugar donde vivimos?»

[Grupo n

o

1- se quejan entre sí. Grupo n

o

2 - se ríen.]

Otros estaban felices, sonrientes, con la esperanza

de ver a sus amigos y familiares.

Tanto María como José eran descendientes del rey

David, así que tenían que ir de Nazaret, donde vivían,

a Belén, la ciudad de David. Avanzaban entre la

ruidosa multitud. María se sentía muy cansada e

incómoda. Era casi tiempo de que naciera su bebé.

José caminaba a su lado, guiando al asno en el que

ella viajaba.

Finalmente llegaron a lo alto de una colina desde

donde se podía ver Belén.

[María y José están felices

señalando hacia la ciudad. Ambos grupos se sientan.]

Se

sentían felices y aliviados porque al fin iban a poder

descansar. Se estaba haciendo tarde cuando

atravesaron las puertas de la ciudad. Llamaron a la

puerta de la primera posada que encontraron.

[Sonido

de llamar a la puerta. María y José actúan como si

golpearan a la puerta. Lo repiten varias veces. Pida a los

grupos que respondan alternadamente diciendo: «Lo siento,

no hay lugar. Busquen más adelante».]

José y María siguieron avanzando. La respuesta era

la misma en todas partes. Algunas personas los

trataban bien. Otras no. Pero la respuesta era siempre

la misma:

«Lo siento, no hay lugar. Busquen más adelante».

María y José se estaban desesperando. Tenían que

encontrar un lugar donde quedarse.

[Miran a su

alrededor. Actúan como si tocaran en otra puerta. El dueño

de la posada sale, mueve su cabeza y señala hacia el

establo.]

Finalmente un posadero tuvo compasión de

ellos. No tenía habitaciones donde se pudieran quedar,

pero dijo que podían dormir en el establo que estaba

detrás de la posada.

María y José llegaron al establo. No había mucha

luz. Aun en medio de la oscuridad podían ver que era

un lugar muy sencillo. Olía a paja y a animales. José

vio que María estaba agotada. No era el mejor lugar,

pero al menos los podía proteger del viento y del frío

de la noche.

Al entrar al establo, los animales se agitaron un

poco, tratando de ver quién venía. Una vaca mugió

suavemente.

[Ambos grupos hacen sonidos de animales.]

Necesita:

• vestimenta de tiempos

bíblicos

• manto o túnica

• pesebre

• cosas de establo

• letreros

• muñeco

• tiras de tela usadas en

la sección «

Oración y

Lección bíblica

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