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LECCIÓN CUATRO 39

—Vuelve a tu cama, y si vuelves a escuchar la

voz, dile: «Habla, que tu siervo escucha» (1 Samuel

3:9).

Nuevamente el Señor le habló a

Samuel.

—Voy a hacer una cosa que al que la oiga le

quedará retumbando en los oídos. Voy a hacer a

Elí

y a sus hijos todo lo que he prometido, porque sus

hijos han hecho cosas terribles.

Samuel

se quedó muy sorprendido.

Seguramente no durmió mucho el resto de la noche.

En la mañana, cuando se levantó, se fue

silenciosamente a cumplir con sus deberes. Tenía

miedo de contarle a

Elí

lo que Dios le había dicho.

Pero pronto

Elí

se le acercó a preguntarle:

—¿Qué te dijo el Señor anoche? No me lo ocultes

por favor,

Samuel

.

Así que

Samuel

le reveló a

Elí

lo que el Señor le

había dicho. Y

Elí

sabía que Dios había hecho de

Samuel

su mensajero.

Esa noche, Dios le dio a

Samuel

el primero de

muchos mensajes que debería comunicar al pueblo

de Dios en los años venideros.

Samuel

fue

verdaderamente un siervo de Dios a través de toda

su vida. Y Dios desea que ustedes también le sirvan.

Ustedes pueden ser mensajeros de Dios. Pueden dar

a conocer a otros lo que Dios les dice mientras

aprenden más de su Palabra, la Biblia.

Para reflexionar

Pregunte:

¿Les gustaría vivir en una iglesia?

(No es el lugar más cómodo; me sentiría solo

durante la semana.)

¿Quién pensarían que los está

llamando si escucharan una voz en medio de la

noche?

(Mamá, papá, hermano, hermana.)

¿Cómo

creen que se sintió Samuel cuando se dio cuenta

de que era realmente DIOS el que le estaba

hablando?

(Temeroso, emocionado.)

Dios todavía

le habla a la gente hoy. Nos habla a través de la

Biblia, a través de los mensajes que nos da el

pastor en la iglesia y a través de nuestra mente al

impresionarnos cada día. Vamos a repetir el

mensaje de hoy:

VOY A ESCUCHAR Y A RESPONDER

CUANDO DIOS ME HABLE.

Versículo para memorizar

Pida a sus alumnos que abran su

Biblia en 1 Samuel 3:9 y lea las

palabras: «Habla, que tu siervo

escucha». Diga:

Dibujen en una hoja

de papel dos orejas grandes.

Anoten las palabras del versículo

para memorizar en cada oreja.

Recorten las orejas y colóquenlas sobre las suyas.

Luego repitamos el versículo para memorizar

varias veces.

Dirija a sus alumnos y luego pida

voluntarios que lo digan sin ayuda.

Estudio de la Biblia

Diga:

Samuel no fue el único

niño al que Dios le habló.

Forme

cuatro grupos de alumnos. Entregue

a cada grupo un texto y pídales que

descubran a quién le habló Dios y en

qué forma lo hizo. (Los adultos pueden ayudar si es

necesario.)

2 Reyes 12:2

(Joás, a través de su tío Joiada; el sacerdote.)

2 Reyes 6:5-7

(Los muchachos en las escuelas de los profetas;

a través de Eliseo y un milagro.)

Hechos 16:11; 2 Timoteo 3:15

(Timoteo; a través de su madre.)

Salmo 19:1-3

(David; a través de la naturaleza.)

Conceda tiempo a cada grupo para que presente

su informe.

Para reflexionar

Pregunte:

¿Qué les parece la idea de que Dios

les hable a los niños?

(Nos agrada, nos emociona.)

¿Cómo nos habla Dios hoy?

(A través de adultos,

familia, pastor, naturaleza; Dios sigue usando estas

formas hoy.)

¿Qué creen que es lo más importante

que Dios les está tratando de decir hoy?

(Que nos

ama.)

Dios desea que todos sepamos que nos ama

y que quiere que vivamos con él en el cielo. ¿Qué

van a hacer cuando Dios les hable? Si en verdad lo

creen así, vamos a repetir el mensaje de hoy:

VOY A ESCUCHAR Y A RESPONDER

CUANDO DIOS ME HABLE.

Necesita:

• papel

• lápices

• tijeras

Necesita:

• Biblia