Mensaje:
Los regalos de amor que Dios me da,
me llenan de esperanza y alegría.
47
—Te saludo, María, Dios está contigo —le dijo el
ángel Gabriel a aquella joven.
María se sorprendió mucho. No podía creer lo
que le decía aquel ser extraño. ¿Por qué había
dicho: «Dios está contigo»? Se sentía nerviosa y con
un poco de miedo.
—No tengas miedo —continuó diciéndole
Gabriel—. Dios va a darte un hijo. Debes ponerle
por nombre Jesús. Será conocido como el Hijo
de Dios y reinará sobre un reino que nunca
va a terminar.
María era muy joven y estaba nerviosa.
Se preguntaba cómo aquello podía ser
posible. ¿Cómo podía tener ella un bebé?
—Tu hijo no va a nacer de un hombre
—le dijo Gabriel—. Va a nacer de Dios. Tu
prima Elisabet también va a tener un
bebé. Nada es imposible para Dios.
María creyó al ángel Gabriel.
—Soy la sierva de Dios —le
contestó—. Sea hecho como tú has
dicho.
Gabriel se fue entonces a visitar a
José, el hombre con quien María se iba a
casar. Le dijo a José que María iba a tener un
bebé, el Hijo de Dios. Y José también creyó su
mensaje. Él sería el padre terrenal del Hijo de Dios.
Esto es lo que significa la gracia: una promesa
de Dios acerca de algo que parece imposible.
Dios ha prometido enviar a Jesús nuevamente, a
fin de que podamos vivir con él para siempre.
Él le prometió un hijo a Zacarías y a Elisabet, y
cumplió su palabra.
Le prometió un hijo a María y a José, y cumplió
su palabra.
Dios cumple sus promesas. ¡Jesús vendrá otra
vez!
Versículo
para memorizar
«Porque el
Todopoderoso ha
hecho en mí grandes
cosas. ¡Santo es
su nombre!»
(Lucas 1: 49)