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Hazme un embajador
Diga:
A Dios le gustaría que todos
lleguen a ser ciudadanos de su «Hermoso país». A él le
gustaría rescatar a todos de la obsesión de las fuerzas
militares
y políticas que rigen este mundo. Pero él necesita
embajadores. Cuando una nación quiere establecer
relaciones con otra nación, generalmente envía un
embajador como su representante. Dios desea
establecer una relación con cada persona en el mundo.
Para lograr esto, él desea que seamos sus embajadores
ante el mundo.
Entregue a cada niño una fotocopia del escrito «Hazme
un embajador» (p. 154) y un lápiz. Pida a los alumnos que
formen parejas para completar su formulario, y que estén
listos para compartir sus respuestas.
Para reflexionar
Después de que los alumnos terminen, pida algunos
voluntarios que compartan sus respuestas. Después
pregunte:
¿Cómo se sienten de saber que cada uno de
ustedes es uno de los embajadores de Dios?
Diga:
Revisemos juntos nuestro versículo para
memorizar: «Los hombres sabios, los que guiaron a
muchos por el camino recto, brillarán como la bóveda
celeste; ¡brillarán por siempre, como las estrellas!»
(Daniel 12: 3). Lleven las cartas a su casa para que
recuerden que ustedes son uno de los sabios.
Recuerden que otros necesitan saber que:
Confiamos en Dios, no en los poderes y fortalezas de
este mundo.
(Adaptado de
Smart Choices for PreTeen Kids
[Decisiones sabias
para Adolescentes] [Loveland, Colorado Group Pub., Inc., 1998],
pp. 94-96. Usado con permiso.)
3
AP L I CANDO LA L ECC I ÓN
Notas
NECESITA:
lápices
copias de la p. 154