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6

nuestras

creencias

1

La Palabra de Dios

Creo que Dios inspiró a los que redactaron los

libros de la Biblia. Todo lo que ellos escribieron es

verdadero y considero que me ayuda a vivir una

vida gozosa y saludable.

2

La Deidad

Creo que el Dios que me ama son tres

personas en una: el Padre, el Hijo y el Espíritu

Santo. Cada uno de ellos se empeña en

enseñarme a vivir una vida mejor y con un

significado más pleno.

3

Dios el Padre

Creo que Dios el Padre nos mantiene con vida

a mí y a cada criatura del universo. Él es bondadoso

y perdonador, y jamás me abandonará.

4

Dios el Hijo

Creo que Dios el Hijo, Jesús, creó este

mundo y todo lo que hay en él. Hace unos dos mil

años vino a este planeta como un bebé. Creció y

vivió una vida sin pecado y más tarde murió en

una cruz para que algún día yo pueda vivir para

siempre con él en el cielo.

5

Dios el Espíritu Santo

Creo que Dios el Espíritu Santo me habla

mediante esa suave y tranquila vocecita que

escucho en los momentos en que siento temor,

tristeza o soledad. Él me dice que no me

preocupe, porque todo saldrá bien. El Espíritu

Santo también intenta enseñarme la diferencia

entre el bien y el mal, haciendo que me sienta

culpable cuando cometo algún pecado; y gozoso

cuando decido obedecer la ley de amor de Dios.

6

La creación

Creo que Jesús lo creó todo en seis días

y que luego descansó el día séptimo. Jesús

contempló todo lo que había hecho: árboles,

animales, océanos, montañas y personas. Luego

dijo: «¡Todo esto es sumamente bueno!».

7

La naturaleza del hombre

Creo que Jesús formó a los seres humanos

a la imagen de Dios. Cada uno disfruta de

libertad para pensar y actuar en la forma que

lo crea conveniente. Aunque el pecado y las

decisiones erróneas han sido una causa de dolor

y sufrimiento para muchos, todavía somos

considerados hijos de Dios. Mediante la ayuda del

Espíritu Santo podemos cuidarnos mutuamente,

de la misma forma en que Dios cuida de cada

uno de nosotros.

8

El gran conflicto

Creo que Satanás es un ser real que desea

destruirnos a todos. Él se esfuerza a diario para

introducir en nuestras vidas el pecado destructor.

Dios desea que a diario estemos llenos de gozo,

felicidad y amor. Dios y Satanás luchan uno

contra el otro; Satanás, para controlar nuestra

vida; Dios, para dirigirla. Para ayudarnos a vencer

el pecado, Jesús nos envía al Espíritu Santo y

a amantes ángeles para que nos guíen y nos

protejan.

9

La vida, muerte

y resurrección de Jesús

Creo que Jesús vivió una vida perfecta con el fin

de mostrarnos que es posible vencer el pecado. Él

murió en la cruz para que yo no pierda mi hogar

en el cielo a causa de mis pecados. Dios el Padre

levantó a Jesús de los muertos para mostrarme

cómo un día él me resucitará si muero antes del

regreso del Señor.

10

La experiencia

de la salvación

Creo que cuando le permito a Jesús entrar en mi

corazón, él me ayuda a dejar de ser un pecador

para convertirme en un hijo de Dios que se

alista para vivir para siempre en el cielo. Jesús me

enseña cómo puedo ser como él, mientras leo

mi Biblia y me someto a la cariñosa dirección del

Espíritu Santo. Gracias a Jesús puedo confiar en

que soy perdonado y que hay un hogar que me

espera en el cielo.

11

Creciendo en Jesús

Creo que cuando alguien invita a Jesús

a entrar en su corazón, comienzan a producirse

cambios. Lo que una persona lee, mira en la

televisión o en Internet, come o escucha, así

como los lugares que visita, harán que cambie

incluso su forma de hablar. La Biblia pasará

a ser su libro de texto para la vida diaria. El

creyente hablará con Jesús a lo largo de todo el

día. Esos cambios continuarán, día a día, hasta

que Jesús regrese.

12

La iglesia

Creo que mi iglesia es un lugar donde

la gente que ama a Jesús puede alabarlo

con gozo y entusiasmo. Es algo parecido a

asistir cada semana a una reunión familiar.

Jesús ama a su iglesia y escucha cada palabra

pronunciada y cada himno que se entona.

13

La iglesia remanente

y su misión

Creo que antes de la segunda venida de Jesús

muchas personas se decidirán por el pecado,

rechazando la salvación. Quienes permanezcan

fieles a Jesús y a lo que la voz del Espíritu

Santo les dice que hagan, son llamados «el

remanente». Ellos se esforzarán por presentar

el amor de Dios al mundo. Aunque el

remanente sea pequeño en número, alcanzará

grandes logros para Dios, con el fin de que

Jesús pueda regresar.

14

Unidad

en el cuerpo de Cristo

Creo que toda iglesia cuyos miembros afirmen

adorar a Dios debería aceptar a la gente sin

importar su país de origen, su idioma o el color

de su piel. Todos somos iguales ante Dios.

Nuestra apariencia o forma de hablar no debe

diferenciarnos. Todos somos hijos de nuestro

Padre celestial.

15

El bautismo

Creo que al ser bautizado estoy

declarando a todos que amo a Dios y que

deseo vivir una vida de servicio a él.

El bautismo es parecido a enterrar a un sucio

pecador para luego levantarlo con el fin de

que viva una vida nueva y limpia en favor

de Jesús.