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¿Has participado alguna vez en una pelea? Quizá le has
gritado a tu hermano o hermana. O te has enojado con
alguien en la escuela. O tal vez has visto a dos personas
luchando físicamente entre sí. ¡Imagina cómo sería si
todas las personas que te rodean, en tu casa y en la
escuela, estuvieran peleando unas contra otras
constantemente! Esa fue la visión que tuvo Daniel.
I
magina que estás parado en la azotea del balcón del palacio del rey
en Babilonia. El rey actual está de viaje, dirigiendo el ejército para
invadir a un país vecino del sur. Pero contigo en el balcón se
encuentra un residente de la ciudad, un extranjero, como tú, pero con
extraordinaria reputación entre los babilonios, el anciano profeta
Daniel.
Si Daniel te pudiera señalar los lugares más importantes de la
ciudad, señalaría primeramente la suntuosa puerta por donde marchó
por primera vez como un adolescente cautivo. Cerca de allí te
mostraría los departamentos donde él y sus jóvenes amigos llamaron
la atención de Nabucodonosor. Un poco más allá de la ciudad, se
encuentra la llanura donde se construyó la enorme estatua de oro y el
horno ardiente donde arrojaron a Sadrac, Mesac y Abednego. ¡Mira
más allá! Esos increíbles jardines colgantes. (Daniel no lo sabía en ese
momento, pero más tarde la gente se referiría a esos jardines al igual
que las pirámides, como una de las siete maravillas del mundo
antiguo.)
HAZ
la actividad
que aparece en la
página 75.
APRENDE
Comienza a
memorizar el texto
clave.
Sábado
versículo
para
memorizar
«Los hombres sabios, los que guiaron a muchos por el camino
recto, brillarán como la bóveda celeste; ¡brillarán por siempre,
como las estrellas!» (Daniel 12: 3).
Confiamos en Dios,
no en los poderes
y fortalezas de
este mundo.
m
e
n
s
a
j
e