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Jueves
LEE
Daniel 6: 19-24.
IMAGINA
que eres un periodista que está entrevistando a
Daniel.
ENCUESTA
Pregunta a amigos y familiares acerca de algún
momento cuando experimentaron la protección de Dios.
REPASA
el versículo para memorizar.
ORA
Agradece a Dios por su protección.
Miércoles
LEE
Daniel 6: 16-18.
DESCUBRE
cinco cosas que no sabías acerca de los leones.
HAZ
un sello como el que usaba el rey para firmar la ley y
sellar el foso de los leones.
REPASA
el versículo para memorizar.
ORA
Pide a Dios que te dé valor para confiar siempre en su
cuidado.
Viernes
LEE
Daniel 6: 25-28.
ALABA
Escribe un decreto de alabanza familiar referente a
cosas que son específicas de tu familia.
CANTA
alabanzas junto con tu familia en el culto.
REPITE
de memoria el versículo.
ORA
Pide la dirección de Dios para tu familia y agradece por
su constante cuidado.
Cerca del anochecer, los oficiales se
llenaron de valor y regresaron.
—No tiene sentido, rey Darío. La ley es la
ley, y nada la puede cambiar. Daniel debe ser
arrojado a los leones.
Darío envío un mensaje en contra de su
voluntad para que Daniel fuera arrojado al
foso de los leones.
—Lo siento —dijo el rey—. Espero que tu
Dios te pueda salvar.
Daniel se mantuvo en calma mientras lo
bajaron al foso y sellaron el mismo con el sello
real.
Esa noche Darío no pudo dormir. Se movía
de un lugar a otro. Temprano en la mañana
corrió al foso.
—¡Daniel! ¡Daniel! ¿Estás vivo?
—Oh rey, ¡para siempre vive! Mi Dios cerró
la boca de los leones y no me han hecho
ningún daño —contestó de manera segura y
calmada.
Darío sonrió de oreja a oreja.
¡El Dios de Daniel estuvo con él!
Inmediatamente Darío ordenó que sacaran a
Daniel y lo sustituyeran por sus acusadores.
En este momento los leones no esperaron. No
querían rechazar el almuerzo una vez más.
Entonces Darío envió otro decreto. En este
decreto dio gloria a Dios:
«He decretado que en todo lugar de mi
reino la gente adore y honre al Dios de Daniel.
»Porque él es el Dios vivo, y permanece
para siempre. Su reino jamás será destruido, y
su domino jamás tendrá fin. Él rescata y salva;
hace prodigios en el cielo y maravillas en la
tierra. ¡Ha salvado a Daniel de las garras de los
leones!» (Daniel 6: 26, 27, NVI).
El Dios de Daniel también es nuestro Dios.
Podemos ir con él dondequiera que nos guíe
con confianza en su amante cuidado.