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Jueves
LEE
Salmo 89: 1, 2.
PIENSA
¿Qué te dicen estos versículos acerca de cuánto
tiempo Dios ha estado interesado en nuestra salvación?
DIBUJA
la silueta de tu pie en una hoja de papel y recórtala.
Escribe la última frase de tu versículo para memorizar y pégala
al lado del sol y de la oscuridad.
REPASA
el versículo para memorizar.
ORA
Pide a Dios que guíe tus pasos por sendas de paz.
Miércoles
LEE
Lucas 1: 68-79.
IMAGINA
que eres Zacarías el día en que por fin pudo hablar
y escuchar otra vez. Escribe tus pensamientos y sentimientos
en tu diario de estudio de la Biblia.
ESCRIBE
la segunda frase de tu versículo para memorizar en
algo que te haga pensar en la oscuridad. Pégalo al lado del sol
que recortaste ayer.
REPASA
el versículo para memorizar.
ORA
Pide a Dios que te ayude a confiar en él y en su plan
para tu vida y tu salvación.
Viernes
LEE
Génesis 3: 15 y cuenta la historia «Parte del plan de
Dios» a tu familia en el culto de esta noche.
HAZ
Pide a cada miembro de tu familia que diga lo que
habrían sido sus primeras palabras si no hubieran podido
hablar por nueve meses.
ENSEÑA
tu versículo para memorizar al resto de tu familia.
Pregúntales qué creen que es una «senda de paz».
REPITE
de memoria el versículo.
ORA
Agradece a Dios por estar tan interesado en nuestra
salvación que preparó un plan antes de la fundación del
mundo.
Salvador [...] para mostrar misericordia a
nuestros padres al acordarse de su santo
pacto [...]. Nos concedió que fuéramos libres
del temor, al rescatarnos del poder de
nuestros enemigos.
Los ojos de Zacarías brillaban. Su rostro
estaba iluminado por la presencia del Espíritu
Santo. Entonces tomó a Juan en sus brazos y
lo miró con ternura. Obviamente tenía algo
más que decir.
—Y tú, hijito mío, serás llamado profeta
del Altísimo, porque irás delante del Señor
para prepararle el camino. Darás a conocer a
su pueblo la salvación mediante el perdón de
sus pecados.
—Así nos visitará desde el cielo el sol
naciente, para dar luz a los que viven en
tinieblas, en la más terrible oscuridad, para
guiar nuestros pasos por la senda de la paz.
Zacarías besó la frente del niño. Ya habían
llegado a su fin los largos meses de silencio,
las largas horas de meditación y reflexión.
Pero ahora Zacarías estaba seguro de algo:
Dios siempre se ha interesado en la salvación
de su pueblo. Había preparado con amor un
gran plan para que esto fuera posible. El
nacimiento de este niño era parte de ese plan
y su cumplimiento se acercaba. No había duda
de eso.