Experimentando la historia
Diga:
Voy a contarles
una historia, pero necesito
su ayuda. Cuando les
muestre esta lámina
(de
Samuel)
, ustedes dirán
«Samuel». Yo no lo voy a
decir. Ustedes tienen que
decirlo para ayudarme a
contar la historia. Vamos a
practicar
(muestre la lámina y
que los niños digan «Samuel»).
Relate la historia
Una mañana, Dios habló a
Samuel
[muestre la lámina de
Samuel, que los niños digan:
«Samuel»
su siervo, y le dijo:
—
Samuel
[muestre la lámina]
tengo un
trabajo especial para que hagas. Quiero que
vayas a Belén y busques a un hombre llamado
Isaí que vive allí. He elegido a uno de sus hijos
para que sea el próximo rey. Llena tu vasija de
aceite y llévala contigo.
Y
Samuel
[muestre la lámina]
se preparó
para ir a Belén. Llenó su vasija con aceite de oliva
[muestre la vasija]
como el Señor le dijo, y
empezó a caminar. ¿Saben por qué tenía que
llevar una vasija con aceite? Porque cuando el
Señor le dijera a cuál de los hijos de Isaí había
escogido para ser el próximo rey de Israel,
Samuel
[muestre la lámina]
debía derramar
aceite sobre su cabeza para ungirlo. Esa sería la
señal de que se trataba del hombre que Dios
había escogido.
Samuel
[muestre la lámina]
caminó por el
sendero polvoriento. Estaba un poco
preocupado. Dios no le había dicho el nombre
del que se suponía que debía ungir. ¿Cómo iba a
saber sobre quién derramar el aceite? «Bien
—pensó—, Dios me ha hablado anteriormente,
así que si quiere que haga esto, él me dirá a
quién ungir».
Cuando
Samuel
[muestre la lámina]
llegó a
Belén, invitó a los dirigentes del pueblo a reunirse
con él. También invitó a Isaí y a sus hijos. Todos
ellos vinieron. Los dirigentes del pueblo, Isaí y
sus muchachos.
Samuel
[muestre la lámina]
miró a los
muchachos y sonrió. Uno de los hijos de Isaí era
especialmente alto y de buen parecer
[tome de la
caja el mejor zapato que tiene].
«Seguramente
este es el hombre que Dios ha escogido para ser
el próximo rey» —pensó
Samuel
[muestre la
lámina]
para sí.
Isaí le presentó este joven a
Samuel
[muestre
la lámina]
. Eliab era un joven de buen parecer.
Parecía un príncipe. ¿Sería este el próximo rey de
Israel? No.
—No mires cuán buena apariencia tiene este
hombre —le dijo Dios a
Samuel
[muestre la
lámina]
—. No mires su estatura. Yo no lo he
escogido a él para ser el rey.
Luego Dios le dijo algo muy importante a
Samuel
[muestre la lámina]:
—El Señor no ve lo mismo que ven las
personas. La gente se fija en las apariencias, pero
yo me fijo en el corazón.
¿Pueden ayudarme a decir esto otra vez?
[Repitan el versículo para memorizar.]
Luego Isaí le presentó a otro de sus hijos
[muestre otro zapato o bota de trabajo]
a
Samuel
[muestre la lámina]
. No sé, pero quizá era muy
buen trabajador. Sin embargo, Dios dijo:
—No, no es este el hombre que estoy
buscando.
Isaí presentó su tercer hijo a
Samuel
[muestre
la lámina de Samuel y otro zapato, puede ser un
zapato de deportista].
Este hijo quizá era un
deportista. Probablemente tenía grandes
músculos y era muy fuerte, no sé. Estoy seguro
de que era bueno en algo. Pero Dios dijo no,
otra vez, así que
Samuel
[muestre la lámina]
también dijo:
—No, el Señor no ha escogido a este tampoco.
Isaí presentó a cada uno de sus siete hijos a
Samuel
[muestre la lámina y cuatro zapatos más].
Ahora
Samuel
[muestre la lámina]
estaba
realmente confundido. Dios le había dicho
a
Samuel
[muestre la lámina]
que debía elegir a
uno de los hijos de Isaí. Pero ya había visto a los
hijos de Isaí y ninguno de ellos era el elegido por
el Señor. ¡Oh, esperen un momento! Pudiera ser,
quizás...
—¿Son estos todos los hijos que tienes? —le
preguntó
Samuel
[muestre la lámina]
a Isaí.
LECCIÓN 1
12
LECCIÓN BÍBLICA
2
Necesita:
q
ocho
diferentes
clases de
zapatos de
hombre
q
un par de
zapatos de
niño
q
caja o bolsa
q
lámina de
Samuel
q
vasija
pequeña
con aceite