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D
aniel, ¿te cuidó tu Dios? ¿Te hicieron daño los leones?
—grita el buen rey.
(Al niño.)
¿Lastimaron los leones a Daniel? ¡No!
(Sacuda la cabeza.)
Los leones no lastimaron a Daniel.
—¡Oh, rey! Mi Dios envió un ángel. El ángel cerró las bocas de los
leones. ¡Mi Dios me salvó!
(Ría, aplauda.)
Dios envía a sus ángeles para cuidarnos a nosotros también. Vamos
a dar gracias a Dios por los ángeles.
(Diga una oración sencilla.)