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L
evántate, Daniel. Es de mañana. Es tiempo de orar.
Daniel se arrodilla junto a los leones.
(Arrodíllese.)
Daniel ora a Dios.
(Junte las manos, cierre
los ojos.)
«Querido Dios, gracias por enviar a tu ángel.
Gracias por cuidarme. Te amo, Dios mío. Amén».