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SEMANA
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inTerioriza
Con la moral elevada
N
ehemías 4: 1-6 pone de manifiesto cómo el enemigo utilizó la ridiculización.
La sección restante del capítulo muestra el empleo de dos nuevas maquinacio-
nes: amenazas violentas y desmoralización. El versículo 8 describe la intención de
las amenazas; el 11, la infiltración traicionera; el 12, el cumplimiento de las amena-
zas. Los judíos estaban tan preocupados por las amenazas de aquel contubernio
«internacional» de poderes que rodeaba a Jerusalén desde los cuatro puntos car-
dinales, que lo mencionan «diez veces».
Por un lado, el liderazgo tiene que ver con la logística, los planes, la visión y
los objetivos. Cuando la moral es elevada, todo parece solucionarse por sí mismo
y los miembros del grupo resuelven cualquier problema que se presente. Por el
contrario, si la gente está desmoralizada, los entusiastas se transforman en ansio-
sos y los partidarios se convierten en detractores. La propaganda de Sambalat y
Tobías resultó efectiva; y Judá dijo: «La fuerza del cargador desmaya ante tal can-
tidad de escombros, y nosotros somos incapaces de reconstruir esta muralla»
(Neh. 4: 10). ¡Aparentemente hubo quienes asumieron algunas de las acusaciones
del versículo 2!
Si aquella situación de desmoralización hubiera persistido, habría tenido gra-
ves consecuencias para el liderazgo de Nehemías. De hecho, aquella fue una dura
prueba para su compromiso y su fe. En este capítulo encontramos que la oración
es su primera respuesta y la vigilancia, la segunda. En el versículo 9 leemos: «En-
tonces oramos a nuestro Dios, y pusimos guardia día y noche para defendernos
de ellos».
La oración y la vigilancia se combinaron armoniosamente. Aunque Nehemías
se siente abrumado por el trabajo y angustiado por la amenaza inminente, no
cesa ni de día ni de noche en la vigilancia preventiva; siempre encuentra tiempo
para orar. Se organizaron dos grupos, uno para construir y otro para las guardias.
Los constructores tenían la espada en una mano y una herramienta en la otra (ver
Neh. 4: 17). Nehemías también tenía siempre dispuesta un trompeta para tocar a
rebato en caso necesario. La preparación definió el liderazgo de Nehemías. Él
tomó la decisión de, a toda costa, llevar a buen fin su plan, y para prevenir cual-
quier contratiempo puso todos los medios necesarios.
Debemos defender nuestra causa de la verdad, incluso aunque los que nos
rodean no nos apoyen. Los enemigos no son únicamente quienes manifiestan
enojo, desprecio y crueldad; sino también los que manifiestan indolencia, debili-
dad y tibieza, y traicionan a amigos y colaboradores. Los que aman la búsqueda
de placer y al mundo son tan enemigos de la misión como los que nos odian. La
moral se puede ver afectada por todos lados.
El secreto del éxito estuvo entonces y sigue estando ahora en recordar que la
fortaleza proviene del Señor, y que todos hemos de estar unidos con el mismo
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