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ercera
semana
:
Nehemías 2: 10-20
La mano de Dios
3
a
SEMANA
1
inTro
Siempre adelante
C
uando Dios actúa en tu vida, una cosa es experimentarlo por ti mismo y otra
cosa bien distinta es compartir la experiencia con las personas que te rodean.
Vemos esto claramente en nuestro pasaje bíblico.
Según el relato de Nehemías, Dios había realizado milagros en el entorno del
profeta con el fin de validar sus objetivos espirituales. Nehemías había recibido
todo lo que necesitaba para reconstruir la muralla, desde materiales hasta permi-
sos legales. Todos los pequeños detalles, al igual que los aspectos mayores, no
tan solo los habían solicitado abiertamente, sino que les habían sido concedidos.
Pero ahora, había surgido algo más importante que el propio proyecto: Nehemías
fue llamado a guiar al pueblo de Dios que estaba viviendo en Jerusalén para que
lograra su objetivo de reconstruir las murallas de la ciudad.
Tenía que dar el paso de experimentar por sí mismo la intervención de Dios
en su vida a compartir esa experiencia maravillosa con las personas que lo rodea-
ban. Como hemos dicho ya: dos cosas bien distintas.
Después de haber experimentado un lento progreso durante varios años, no
solo debía ser reconstruida la muralla, sino que también debía ser restablecida la
confianza del pueblo. El testimonio del Rey celestial tocando el corazón del rey
terrenal fue una evidencia de que la mano de Dios acompañaba a Nehemías. Él se
aseguró de que el pueblo escuchara el relato de su experiencia, y la utilizó para
estimular la fe del pueblo, a fin de que todos se aplicaran de nuevo a la tarea de
la reconstrucción. Si los poderes terrenales se estaban poniendo en marcha, ¿no
lo estarían mucho más las fuerzas celestiales que los respaldaban? En breve va-
mos a descubrir todo eso y mucho más.
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